Me duele el alma, que se me parte
en mil pedazos, cada vez que mueren en el mar o en tierra
esas criaturas que se juegan la vida tratando de encontrar
un lugar donde poder conseguir el sustento diarios para
ellos y para su familia, alejándose miles de kilómetros de
su país natal en busca de un paraíso que no existe.
Pero también me duele los ataques a la Guardia Civil
iniciada por los desgraciados sucesos acaecidos en Ceuta,
por el hecho de cumplir con su deber, que no es más que
emplear métodos disuasorios para evitar la entrad de esos
emigrantes en tierra española.
No me mueve, por supuesto, nada más que la defensa del
benemérito cuerpo, que han salvados miles de vidas de esos
emigrantes que se encontraban a la deriva en el mar prestos
a ahogarse-
Pero por lo visto esos no es motivo de sentirse orgullosos
de su generoso comportamiento, incluso poniendo sus propias
vidas en peligro con tal de ayudar a los demás.
Eso. al parecer, no les importa a nadie de esos tan buenos
que se dedican a criticar su actuación por lo sucedido en
nuestra tierra hace unos días, donde cumpliendo con su
deber, trataron de disuadir a los inmigrantes que se
alejasen del territorio español,
Y todo porque, al parecer, se dispararon algunas pelotas de
goma, que por cierto no causó heridas a nadie, ya que fueron
disparadas al agua, ¿Qué querían qué disparasen bocadillos
de atún al agua?.
No me mueve al defender a la Guardia Civil, cuerpo al que
admiro, ni la hipocresía, ni la falsedad, ni la demagogia
barata, ni arrimar el ascua a la sardina de ningún partido
político, ya que no pertenezco a ninguno de ellos. Al único
partido al que pertenezco es al ADE – Asociación de
Desengañados Españoles, - creo que somos unos cuarenta
millones en los momentos actuales.
Lleva razón el alcalde Melilla, Imbroada, cuando, más o
menos, viene a decir, ”que quitaría a la Guardia Civil de la
frontera, y los inmigrantes serían recibidos por azafatas”.
Con su permiso, señor Imbroda, creo que me ha dado usted una
idea para solucionar el problema de la inmigración de una
vez por todas. Mi idea es la siguiente
Las azafatas a cada uno de eso inmigrantes que vayan
pasando, les deberían dar una tarjeta con los nombres de
quienes tantos les quieren, con la dirección de sus
viviendas donde, sin duda alguna, se harían cargos de ellos,
educándoles, alimentándoles y buscándoles un puesto de
trabajo. Y, por supuesto, varios de ellos habría que
enviarlos a Bruselas, que algunos de los mandas se olvidan
que Ceuta y Melilla, son fronteras para entrar en Europa.
Como decía la sabia de mí abuela, nadie se hará cargo de
ellos, pues aplicaba el refrán que dice “Mucho te quiero
perrito, pero pan poquito”
Y lo que tienen que hacer, desde Bruselas, en vez de
criticarnos a los españoles, es encontrar medidas que no den
jamás lugar a ciertos acontecimientos, solucionando el grave
problema que para Europa tiene la inmigración descontrolada.
Con mi respeto y admiración a la Guardia Civil.
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