La publicación que ayer hizo el
diario “El País” con el informe de la Guardia Civil de la
Comandancia de Ceuta sobre los episodios del pasado día 6
del presente mes en la frontera de El Tarajal, dejan bien
claro que el Delegado del Gobierno, Francisco Antonio
González Pérez, no mintió en su comparecencia de prensa
cuando explicó los hechos ante los periodistas. Una versión
que se sustenta en los propios informes de la Guardia Civil
que le fueron remitidos. En ningún caso intentó ocultar la
verdad de una realidad que, por cruda que pareciera, había
de derivar en una concatenación de secuencias que, con el
paso del tiempo, se fueron matizando, aunque para algunos
suponía un cambio de versiones sucesivas.
El informe que firma el teniente coronel de la Guardia Civil
de Ceuta, que no estuvo viviendo en los hechos de manera
directa en la frontera del Tarajal, también descubre que
quien le informó no lo hizo con la literalidad que merecían
los episodios ocurridos. Una versión que le ha dejado un
tanto desairado con el paso del tiempo y que viene a
demostrar que no hubo rigor en esa cadena de comunicación
para plasmar la auténtica realidad de esos trágicos
acontecimientos.
El panorama que se ha “pintado” desde entonces, deja no
pocas incógnitas en el aire y exige la necesidad de
profundizar en las posibles lagunas que se hayan suscitado.
El desenlace de los acontecimientos ha sido tan cruel que ha
dejado al descubierto una serie de matices que conforman una
realidad aún más terrorífica. Lo cierto es que en un primer
momento se barajaron unos datos surgidos de unos informes
nada rigurosos, que confundieron a quienes confiaron en los
mismos, sin que ello supusiera intención de mentir. Es obvio
que resulta necesario depurar responsabilidades por lo
sucedido, pero también ha quedado claro que Francisco
Antonio González Pérez no mintió ni ocultó información.
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