Juan Luis Aróstegui está
viviendo los mejores momentos de su vida. Dicen, quienes
presumen de conocerlo bien, que nunca antes se había sentido
tan eufórico. Lo cual le permite presumir entre sus amigotes
de ser quien está marcando el paso del Gobierno local en
todos los sentidos.
De nuestro alcalde manifiesta que lo tiene metido en su
bolsillo. Que está dominado por él y que, por tanto, come en
sus manos. Y a medida que se va embalando no duda en
propalar que Ceuta cuenta con un alcalde que lleva ya mucho
tiempo sometido a su voluntad. El dirigente de Caballas se
siente tan sobrado de recursos y poderes como para hacerles
ver a los suyos que Juan Vivas está dando las
boqueadas políticas y hasta le augura un final desastroso
como primera autoridad de una Ceuta que va de mal en peor.
Aróstegui no tiene el menor inconveniente en tomarse a
chufla las actuaciones de nuestro alcalde por esos pueblos
andaluces en los que poniendo como excusa los hermanamientos
se dedica a dárselas de recitador de una especie de juegos
florales de los años cumbres del franquismo. El secretario
General de CCOO, a quien habría que investigar a fondo para
saber si tiene algo que ver en empresas que están rindiendo
beneficios suculentos a ciertas personas, no cesa de reírse
a mandíbula batiente de todos los miembros del gobierno
presidido por Vivas. A los que tacha de ocupar cargos
políticos conseguidos a dedo para que sean gregarios,
impersonales y dóciles.
De sus críticas y de sus denuestos tampoco se salva el
Delegado del Gobierno. De Francisco Antonio González
habla cosas que hacen que un empresario, que en su día fue
concejal, se desternille de risa. El empresario,
especialista en pavimentos resbaladizos, aprovecha cualquier
momento para airear que pactar con Aróstegui es lo mejor que
le ha podido pasar desde que lo conoció.
Los del pacto, que a su vez presumen de tener a Vivas cogido
por donde más duele, tienen metido entre ceja y ceja que más
pronto que tarde el Delegado del Gobierno puede sufrir las
consecuencias de los hechos ocurridos en el mar donde
perdieron la vida los inmigrantes. Y, por supuesto, hacen
cábalas acerca de qué persona podría ocupar ese sitio.
No obstante, y créanme que hablo por boca de alguien que
está muy enterado de cuanto se está cociendo entre
bastidores, Aróstegui y el empresario, que fue concejal hace
ya bastantes años de un partido localista, están pidiéndoles
a todos los santos que a Vivas no le dé por querer sustituir
a su amigo (!) Pacoantonio. Y lo hacen basándose en la frase
hecha de que más vale lo malo conocido… Con lo malo
conocido, tanto el secretario general de CCOO como el
empresario de marras están sacando todo el provecho del
mundo. Se están poniendo las botas. De modo y manera que es
lógico que se feliciten ambos a cada paso.
Eso sí, Aróstegui y el empresario parece ser que están
menospreciando a Francisco Márquez. Sin percatarse de
que el diputado, que tiene tripas por estrenar, puede en
cualquier momento estropearles el pasodoble. No en vano FM,
cuyas relaciones con algunos miembros del Gobierno de la
Nación son tan buenas como… estrechas, espera su ocasión
para ponerle un par de banderillas de fuego a Aróstegui y
asimismo darle una larga cambiada al empresario. Cuidado con
él. Con Márquez. Claro. Que tiene, repito, tripas por
estrenar.
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