Las elecciones al Parlamento Europeo están a la vuelta de la
esquina y el diputado por Ceuta, Francisco Márquez, habló
ayer en la sede del Partido Popular en la ciudad sobre los
retos que tendrán por delante los eurodiputados elegidos en
mayo y entre los que están sacar definitivamente de la
crisis a la unión.
Bajo el título, ‘El futuro de la Unión Europea, hacia una
unión política y económica”, Márquez dibujó el actual
panorama Europeo, con sus debilidades y fortalezas. El
diputado habló a los populares ceutíes que acudieron a esta
cita sobre cómo el proyecto europeo ha tenido una evolución
diversa en cada estado y cómo ha resultado afectado por la
crisis económica, que se ha traducido también en “una crisis
institucional y del sueño europeo”.
Márquez realizó un diagnóstico de las principales
deficiencias de la Unión Europea desde el punto de vista
político, económico e institucional. Situaciones ante las
que el popular también presentó propuestas de desarrollo
político, económico e institucional. “Lo que se necesita es
más Europea”, aseguraba el diputado. Y es que, entre los
objetivos de la nueva legislatura está reavivar la confianza
de los ciudadanos en el proyecto europeo después de que la
crisis lo haya debilitado. Para Márquez, lo fundamental es
“dotar a la unión de instrumentos reales y con capacidad”
para que esta situación no se vuelva a repetir, ya que se ha
demostrado que la conexión intergubernamental no ha servido
para hacer frente a la crisis, ni tampoco los planes
nacionales de reforma.
En si presentación Márquez manifestó que “nos encontramos
ante un momento clave en términos históricos, donde nos
jugamos el ser o no ser de ese valioso proyecto de
integración europea que surgió en los años cincuenta del
pasado siglo, y que ha avanzado siguiendo el método que
diseñara magistralmente Jean Monnet. Les debemos a esos
hombres que pensaron a lo grande poner nuestro grano de
arena para que esa gran idea no embarranque sepultada por
incertidumbres, cortedad de miras y egoísmos de distinto
signo”.
Según Márquez, en los últimos años se ha producido una
pérdida de apoyo ciudadano al proceso de integración, un
desencantamiento. “Es probable -subrayó el diputado- que los
valores y objetivos que impulsaron el proyecto en los años
cincuenta, como la búsqueda de la paz y la reconciliación o
la prosperidad compartida en torno a un mercado común, no
movilicen hoy a los europeos. A inicios del s. XXI,
consolidada ya una ampliación al Este que de algún modo
recuperó temporalmente la vigencia de los ideales
fundacionales, el apoyo ciudadano a la integración vive hoy
sus peores momentos, incluso en los Estados tradicionalmente
más europeístas, como es el caso de España. Adicionalmente,
en los últimos años, la reacción de las instituciones ante
la crisis económica y financiera ha causado decepción y ha
deteriorado notablemente la imagen de una Unión habituada a
legitimarse por sus resultados”.
El proyecto de integración europea “vive hoy un momento de
crisis. No obstante, conviene recordar que Europa ha
avanzado siempre a golpes de crisis, que han resultado
también un estímulo para aunar liderazgos y voluntades
políticas. Las crisis sufridas por Europa durante su
construcción y desarrollo obedecen a causas distintas, pero
todas ellas tienen un denominador y un efecto final común.
El denominador común es que suelen afectar seriamente a las
Políticas comunes en construcción”, explicó Máquez.
En su reflexión Márquez no quiso sólo centrarse en el ámbito
económico, sino también en el político; en primer lugar,
“porque pensamos que la crisis que afronta la Unión Europea
en nuestros días no es sólo una crisis económica y
financiera, sino también una crisis política e
institucional, y en segundo lugar, porque pensamos que no
puede haber mayor integración económica (fiscal y bancaria)
si no se avanza paralelamente en la integración política”.
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