El litoral sur de la Ciudad Autónoma de Ceuta se ha
convertido en un auténtico mar de cadáveres de inmigrantes
subsaharianos. Hasta quince cuerpos han sido recuperados del
agua -cinco en la costa española- en poco más de una semana.
La tragedia migratoria sigue creciendo a medida que van
pasado las horas. La Guardia Civil de Ceuta localizó en la
mañana de ayer los cadáveres de otros dos subsaharianos en
aguas jurisdiccionales españolas, con lo que son ya 15 el
número oficial de muertos en la avalancha de inmigrantes del
pasado día 6.
El primero de ellos ha aparecido a medio camino entre el
espigón marítimo fronterizo del Tarajal, donde tuvo lugar el
suceso y los fallecimientos, y el centro de Ceuta, donde a
las 10,15 horas de la mañana de este sábado, a 200 metros de
la playa de La Ribera, según la Benemérita, y a 500 de
acuerdo con la versión de la Delegación del Gobierno, los
GEAS del Instituto Armado lo han encontrado flotando.
El segundo fue hallado pocas horas después, a las 12.30, en
la playa de la Almadraba, a un kilómetro y medio de la
frontera. El cuerpo, que ha aparecido flotando en el agua y
ha sido rescatado por los servicios del instituto armado,
corresponde también a un inmigrante subsahariano de entre 20
y 30 años.
Las autoridades españolas han barajado desde el día de la
tragedia la de 14 como la cifra de fallecidos el primer
jueves de febrero a primera hora de la mañana. Nueve fueron
localizados en Marruecos esa misma jornada. Otro llegó a la
playa del Tarajal, en suelo español, el sábado siguiente. El
lunes sucedió lo mismo con otro cuerpo sin vida. El pasado
miércoles el Servicio Marítimo de la Guardia Civil encontró
uno más en la misma zona.
Los cadáveres aparecen cada vez más lejos. Este viernes las
Fuerzas de Seguridad marroquíes localizaron el décimo en su
territorio a aproximadamente dos kilómetros de la frontera y
este sábado han sido encontradas otras dos víctimas, de
nuevo en España. Las tres autopsias practicadas a los
cadáveres recuperados por la Guardia Civil han señalado la
asfixia por inmersión como la causa de sus fallecimientos,
en los que no se han apreciado signos de violencia.
La Guardia Civil, a través del Servicio Marítimo, ha optado
por ampliar el dispositivo de búsqueda en las playas del
litoral ceutí debido a la aparición de dos nuevos cadáveres
de inmigrantes en puntos más alejados de la frontera.
Amnistía Internacional
Por su parte, Amnistía Internacional ha solicitado una
investigación “independiente, efectiva y exhaustiva” después
de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz,
asegurara que la Policía disparó balas de goma para intentar
impedir la entrada de un grupo de inmigrantes en Ceuta.
“Independientemente de si los inmigrantes fueron alcanzados,
corresponderá a una investigación independiente determinar
si la Guardia Civil y las autoridades fronterizas actuaron
adecuadamente”, ha explicado la organización en un
comunicado. Amnistía Internacional ha solicitado que los
resultados de esta investigación deben hacerse públicos y ha
abogado por que “toda persona responsable de cometer
violaciones de derechos humanos debe ser procesada”.
Cruz Roja
La Cruz Roja Española en Ceuta destacó ayer que la
localización ya de quince cadáveres supone el mayor “drama
humano” de los últimos años relacionado con el fenómeno
migratorio en la zona, debido al número de víctimas
mortales.
El portavoz de la Cruz Roja, Germinal Castillo, ha afirmado
a Efe que la cifra de muertos supone una de las “mayores
tragedias” relacionadas con la inmigración al señalar que
hay que remontarse a hace más de quince años para encontrar
una circunstancia parecida.
Castillo ha dicho que la Cruz Roja mantiene un dispositivo
constante desde el pasado día 6 “en caso de que fuera
necesaria” su intervención, aunque aún no ha sido requerida.
El responsable de la Cruz Roja ha concretado que esta
situación evidencia la “desesperación” de los inmigrantes
subsaharianos por entrar ilegalmente en el territorio
nacional.
Germinal Castillo ha señalado que en el caso de la
institución humanitaria suelen prestar “apoyo” a la Guardia
Civil cuando son requeridos para colaborar en las
operaciones contra la inmigración irregular.
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El mar va escupiendo cadáveres a las playas de Ceuta
Trece, catorce, quince. Detrás de
esas frías cifras, detrás de esos cadáveres que cada día va
escupiendo el mar a las playas de Ceuta, detrás de esos
cuerpos que a duras penas lograban asomar las cabezas por
encima del agua, se esconden sueños rotos, vidas ahogadas,
jóvenes que se quedaron sin futuro a las puertas de Europa.
“Éramos 250”, explica uno de los inmigrantes. “Nos fuimos
todos en tromba a la playa y sorprendimos a los gendarmes
marroquíes, que nos pidieron que nos calmáramos. Unos 150
nos lanzamos al agua. Había un grupo de buenos nadadores que
salió primero y que logró alcanzar España. Otros nos
quedamos atrás. Íbamos avanzando pero la Guardia Civil nos
empezó a disparar pelotas de goma y gases. A mí me dieron en
la nuca. Nunca habíamos vivido nada así”, subraya. “La gente
ha muerto en el agua porque ha perdido sus flotadores por
culpa de la Guardia Civil. Tenía cerca un compañero que
murió después de perder su equipo de salvamento por culpa de
la Guardia Civil. Yo vi ocho muertos, pero hay más, relata
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