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La comisaría europea de Asuntos de
Interior, Cecilia Malmström ha escrito en su cuenta de
Twiter que está muy preocupada por la actuación de la
Guardia Civil en Ceuta durante la intervención que
efectuaron cuando afrontaron una entrada masiva de
inmigrantes. A esta “preocupación” ha respondido el diputado
por Ceuta en el Congreso, Francisco Márquez de la Rubia,
quien también ha puesto énfasis en la responsabilidad que
tiene la propia Unión Europea en las fronteras exteriores
para las que ha de arbitrar mecanismos de control que eviten
situaciones como las vividas el pasado jueves. Una situación
preocupante sobre la que también se refirió en alguna
ocasión la senadora por Ceuta, Luz Elena Sanín, cuando
manifestaba que los países miembros de la UE coincidían en
la necesidad de proteger sus fronteras y que las políticas
de cooperación y ayuda al desarrollo a terceros países,
habían de representar un mecanismo para disuadir estas
invasiones.
Durante los últimos días, Ceuta ha estado en el foco de las
críticas por las consecuencias de una invasión fallida a su
frontera y se ha situado a la Guardia Civil como causante de
un hecho trágico. En un ejercicio de cinismo político y de
aprovechar el río revuelto, han sido muchos los que se han
apuntado a cuestionar actuaciones con la tragedia como
aliada a sus postulados, cuando en realidad, lo que resulta
evidente es que en la frontera sur de Europa, se requieren
infraestructuras adecuadas a la tecnología del siglo XXI. No
cabe que ahora se rasguen las vestiduras quienes no ponen
medios para impedir estos asaltos masivos. La propia
comisaria europea de Interior, en vez de exponer en las
redes sociales su punto de vista, debería trabajar más en el
seno de la UE por resolver lo que dice preocuparle.
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OPINIÓN / EDITORIAL
