Algo que me alegra, porque un país
como el que tenemos, en unas circunstancias como las que se
están viviendo, parar cualquier actividad conlleva,
automáticamente, dar un paso hacia abajo, o lo que es lo
mismo, descender un peldaño.
Estaba claro que en los autobuses, mejor dicho en la
empresa, iban surgiendo los problemas que se derivan de
seguir con unos precios, mientras que el combustible sube
cada día un poco más.
A nadie agradaba el tener que llegar a un paro, y menos que
este paro fuera con carácter indefinido. Quien empezaba
perdiendo era la empresa, pero quien iba a perder, todavía
más, era la clientela, los usuarios, esa población que,
necesariamente, para poderse desplazar tiene que recurrir a
coger el autobús que pasa por su barrio.
Ahora, todo queda solucionado, y lo que es mejor para el
usuario es que las tarifas no se vayan a tocar, a lo largo
de todo el año .
Y como a cada uno hay que darle lo suyo, la Ciudad aquí ha
tocado en el punto clave, al asumir esas diferencias
existentes, sin que tengan que recaer los costes en los
ciudadanos.
Si los acuerdos no se rompen, después de que se hayan
rubricado, la empresa va a recibir 250.000 € para hacer
viables las bonificaciones de los pensionistas, jubilados y
estudiantes.
Primer paso firme y contundente, además de un segundo que
afectará a muchos estudiantes que se desplacen al Campus
Universitario. Y es que, por el convenio establecido, se
sufragan los trasbordos de aquellos estudiantes que lleguen
a la Plaza de la Constitución y tengan que ir en otro
autobús hasta el propio Campus.
Una gratuidad muy interesante para aquellos estudiantes que
vienen de cualquiera de las barriadas, Morro, Benzú,
Benítez, Frontera ... y al llegar al centro para ir al
Campus Universitario ya no tendrán que pagar otro billete,
les servirá el que ya habían pagado desde su barriada.
Eso me parece muy bien, casi lo mejor de todo, salvo que
surja por algún lado la picaresca y nos encontremos un día
con que hay cinco veces más “estudiantes fantasmas” que los
que, realmente, estén matriculados.
De todas formas, esos problemas ya sabrá la empresa de
autobuses como poderlos abordar para que “los listos de
turno” no les den el timo.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, tuvo su tiempo para
entrevistarse con los representantes de la empresa Hadú-Almadraba
y llegar a unos acuerdos que han dado con el traste a la
huelga que podría acarrear más que un disgusto, a todos.
Con estos acuerdos salen todos ganando, o al menos, no
perdiendo, por cuanto no habrá despidos, eso lo primero; no
habrá recortes en las nóminas, algo muy importante para
ahora y cara al futuro, además de la normalidad que vuelve
para todos.
Todo lo acordado debe considerarse positivo, pero, sin lugar
a dudas, lo más importante es el asegurar, a los que los
tienen, sus puestos de trabajo, como algo intocable. Lo
demás viene a continuación.
No debía ser este el asunto de solución más complicado,
aunque sí hubiera sido uno de los más problemáticos para
todos, también para la propia Ciudad y su presidente si el
acuerdo no hubiera llegado.
Un talante distendido, dialogante y con ganas de dar una
solución, ha bastado para que todo lo que se veía oscuro,
haya quedado con total claridad.
El presidente y varios consejeros (alcalde y concejales)
estuvieron en su sitio, debieron ver clara la solución y más
claras, todavía, las incidencias que podrían traer con una
huelga del transporte público.
Naturalidad, es lo que se pedía, y esa normalidad va a
seguir dándose.
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