La tragedia ocurrida el pasado
jueves en el espigón junto al paso fronterizo del Tarajal ha
provocado que Ceuta se convirtiese, desgraciadamente, por
unos días en el foco de información a nivel nacional e
internacional. Mucho ha sido lo que se ha escrito sobre el
asunto y opiniones y acciones ha habido para todos los
gustos.
Ayer, el director general de la Guardia Civil vino a poner
un poco de luz al asunto y evidenció que tanto el Ministerio
del Interior como el Gobierno de la Nación tienen muy claro
todo lo ocurrido y que, además, la actuación de las Fuerzas
de Seguridad del Estado y la Guardia Civil actuaron
correctamente a la hora de rechazar, que no es lo mismo,
según Fernández de Mesa, que devolver en caliente, a los
inmigrantes en su intento de acceder al territorio nacional
por Ceuta.
El máximo responsable del Instituto Armado vino a dar ánimos
a los agentes y mandos destinados en la Comandancia que el
Cuerpo tiene en Ceuta. El discurso fue bien acogido por este
colectivo, que en los últimos días ha visto como las
críticas le llovían desde todas partes, convirtiéndolo en la
diana fácil.
Pero todo esto también deber servir para que a nadie se le
olvide que la frontera del Tarajal es una de las dos
fronteras exteriores que Europa tiene con el continente
africano y, por lo tanto, no se debe hablar solo de un
problema de España si no de uno de Europa. Este matiz es muy
importante y debe marcar el camino para que las
especificidades de Ceuta puedan ser reconocidas de una vez
todas por la Unión Europea y, por lo tanto, se la dote de
los elementos necesarios para combatir, entre otros, el
problema de la inmigración. Ayer, al discurso de Fernández
de Mesa le faltó algo tan importante como es el aumento de
efectivos para una Comandancia de Europa.
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