Quienes hemos vivido, casi desde
siempre, vecinos de la Guardia civil, tenemos un aprecio
especial por este cuerpo que, sin ser el mejor pagado, sin
ser el mejor tratado y estando siempre en los puntos más
conflictivos, allí donde está deja puesta su marca, la marca
de la honradez, el saber cumplir con sus deberes y el no dar
nunca un paso atrás, incluso cuando corre peligro su propia
vida.
Y yo, que ahora, desde hace muchos años, vivo en Ceuta y he
visto hace muy pocos días como ciertos problemas, no
buscados por la propia Guardia Civil, han puesto en el
centro de la diana a este honroso cuerpo, digo que yo no
sería sensato conmigo mismo, ni con los demás, si no
valorara la salida de Arsenio Fernández de Mesa, director de
la Guardia Civil, que ha salido dando la cara por sus
guardias civiles, cuando tanto “bodoque” resguardado por las
siglas de alguna ONG trata de tirar por tierra la labor que
día y noche viene haciendo la Guardia Civil.
Fernández de Mesa, no sé si vendrá estos días a Ceuta, pero
su talante seguro, serio, haciendo valer lo que hay que
valorar, nos da la seguridad de que hoy la Guardia Civil
tiene tras ellos, resguardándoles la persona que no les va a
abandonar nunca y que siempre estará a su lado.
En estos tiempos, en los que la demagogia barata es tan
frecuente, por eso precisamente, porque no cuesta, son
muchas, más de la cuenta, las ONGs que aparecen y fluctúan
por ahí, algunas dejándose ver allí donde hacen falta, otras
dejándose ver, tan sólo, cuando protegen actitudes rayanas a
la delincuencia y algunas otras cogiendo el camino más fácil
y más corto, tras una desgracia, culpando a quienes saben
que no van a responder porque su misión y su labor es
cumplir con su obligación y no “estar en los papeles” o “ en
las ondas” cada día.
Todas esas ONGs que se muestran tan piadosas con las
desgracias que ahora ha habido por la muerte de más de una
docena de inmigrantes, no han tenido unas “lágrimas”
similares cuando ha habido guardias civiles muertos,
mientras cumplían con su obligación, guardias civiles que
sólo tuvieron el llanto de sus esposas, de sus madres o de
sus hijos.
Por eso debo alabar y dedicar hoy mi columna a Fernández de
Mesa, porque él si sabe de esto y ya ha recordado a alguna
de las ONGs esas que sí tienen gran interés por los
inmigrantes, pero poco lo han tenido por los guardias
civiles muertos o heridos.
Y debo recordar algo que escribí, aquí mismo, hace muy pocos
días, y es que esas llegadas masivas de inmigrantes no están
promocionadas por la Guardia civil, esas llegadas son el
resultado, en primer lugar, de una descolonización que fue
una chapuza, sin control alguno y luego, más tarde, de una
serie de mafias que se valen de estos desheredados para
lograr ellos pingües beneficios.
Las imágenes que nos han llegado del intento de entrada de
la pasada semana, nos demuestran que estos inmigrantes no
venían en son de paz, ellos venían a entrar, por las buenas
o por las malas, cosa que no se dice en las manifestaciones
de esas piadosas ONGs.
Y aquí, como puntos encontrados, yo mientras no se me
demuestre lo contrario me quedo con el relato que llega de
la Guardia Civil, de la Delegación del Gobierno, y no voy a
aceptar la demagogia de algunas de las ONGs que han salido a
escena, entre otras cosas porque no sé de donde vienen, ni
cuales son sus puntos de vista, en muchas de ellas. Por lo
pronto, me quedo y aplaudo la situación del director de la
Guardia Civil, Fernández de Mesa. Es lo que pienso y así lo
he escrito.
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