Mons. Zornoza agradeció el trabajó que se realiza desde la
Pastoral de la Salud, con su delegado al frente, Fernando
Carmona, quién participaba por primera vez de esta
celebración desde que tomara posesión de su cargo a
principios de este curso.
El obispo diocesano destacó la importancia que supone la
atención a los enfermos: “Los enfermos son primordiales para
nosotros porque también lo fueron y lo son para Dios. A
veces parece que minusvaloramos a los enfermos, y estos
merecen ser amados y atendidos por ser hijos de Dios.
Tenemos que valorar al hombre y a los enfermos en su propia
situación. Nosotros necesitamos compartir también el dolor
de Cristo. Hay un valor en el mismo sufrimiento que el mundo
no entiende, pero los enfermos son auténticos misioneros de
Dios. Ojalá que en nuestra diócesis podamos ser compasivos y
atender a los enfermos y dar la vida por ellos donde quiera
que estén”.
Así, D. Rafael Zornoza, en este día de Nuestra Señora de
Lourdes, pidió la intercesión de la Virgen para ayudar a
aquellos que más sufren y sus familias: “El corazón de la
Virgen ha experimentado la misericordia de Dios y el amor de
Dios. La Virgen de Lourdes es una Virgen que sonríe, quizás
esa sonrisa es como la puerta que abre el paso al Misterio”.
La Jornada Mundial del Enfermo, que este año tiene como lema
Fe y Caridad. Dar nuestra vida por los hermanos, es el día
en el que la Iglesia destaca la atención especial que,
durante todo el año, realiza con los enfermos. Como dijo
Juan Pablo II, Papa que instauró esta Jornada, “sensibilizar
al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias
instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad
civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia
posible a los enfermos”.
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