sociedad - MARTES, 11 DE FEBRERO DE 2014

CEUTA
El Pueblo
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El temporal ha dejado a Ceuta tranquila, de momento, y ayer la normalidad fue retornando al Estrecho de Gibraltar a lo largo del día. Sobre las diez de la mañana y a punto de finalizar la alerta naranja por fenómenos costeros, se reabrieron los puertos de Ceuta y Algeciras. El primer buque en salir fue el ferry de Baleària. El ‘Passió per Formentera’ partió de Ceuta cerca del mediodía para dirigirse a Algeciras, en cuya estación marítima los viajeros se agolpaban para coger el primer barco con destino a la ciudad autónoma. Y es que, el domingo decenas de personas se quedaron estancados en Algeciras sin poder viajar hacia Ceuta. Desde allí, el primer barco en operar fue el otro buque de Baleària, el ‘Ramón Llul’, que salió hacia Ceuta sobre las 13.00 horas. Ambos estuvieron al completo, debido a las largas colas de personas que esperaban a ambos lados para cruzar el Estrecho. Ya por la tarde, a partir de las 16.30 horas FRS recuperó las rotaciones y a continuación lo hizo Acciona, sobre las 17.30 horas.

Mientras, en tierra, las rachas de viento fueron amainando a lo largo de la jornada después de haber alcanzado los 91 kilómetros por hora en la madrugada del domingo al lunes. Desde las siete a las nueve de la mañana, la fuerza del viento disminuyó, aunque fueron muchos los padres que decidieron no llevar a sus hijos al colegio, por lo que las aulas estuvieron a medio gas.

El Servicio de Emergencias 112 registró varias alertas durante la noche, en total unas 14 según informaba a través de su perfil en Twitter. Piedras en la calzada de la carretera de Benzú, chapas caídas o un trozo de árbol en la Avenida Reyes Católicos fueron algunos de los avisos más destacados que se produjeron durante esta ciclogénesis explosiva. Por su parte, el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) registró cuatro salidas en la tarde noche del domingo, ninguna de gravedad, mientras que desde la medianoche hasta las ocho de la mañana, no recibió ningún aviso. Ya por el día, se dio alerta de un muro caído tras el mirador de San Amaro o la posibilidad de caída de una antena en la calle Alfau, hasta donde fueron los bomberos.
 

El Pueblo, la única información que se pudo encontrar en los quioscos desde primera hora de la mañana

Cuando el Estrecho ruge y las comunicaciones se cortan, todo aquello que no esté hecho totalmente en Ceuta, se queda al otro lado, esperando una tregua del viento que puede establecerse en el mismo día, o no. Cuando eso ocurre, las páginas impresas lejos de aquí no son puntuales o ni si quiera alcanzan a su destinatario final: los ciudadanos, los lectores.

Cualquier experto en publicidad y marketing daría por disminuido considerablemente, casi nulo, el efecto de un anuncio que, por tardío, quedará solamente para adornar las hemerotecas y la tarde de algún despistado que, tomando un café, recuerde que hay periódicos disponibles en la barra de la cafetería. El Pueblo de Ceuta, siempre ofrece lo que promete a sus anunciantes, es una premisa que se aplica a rajatabla en este diario y que, en días como el de ayer, en el que fuimos el único diario que estaba a primera hora en la ciudad, se puso en valor. La inversión realizada por “El Pueblo de Ceuta” en esta ciudad, con la adquisición de la maquinaria y la contratación del personal necesario para ser autosuficientes y no depender del viento para estar donde tiene y cuando tiene que estar, no sólo evita la evaporación, camino de la península, de los impuestos que genera esta actividad, también permite aportar verdadera calidad en la atención hacia lectores y anunciantes.