Por Luis Aragonés, tras su
fallecimiento, fechas atrás, creo interesante, por mi parte,
repetir literalmente lo que escribí el sábado, 10 de julio
de 2010, bajo el siguiente título: “A Luis Aragonés lo
tratan sañudamente”.
Se tiene por cierto que fue Helenio Herrera quien le dio
categoría al cargo de entrenador. Ya que antes de aparecer
él en los banquillos, a los entrenadores se les prestaba
poca atención. Por no decir ninguna. HH exigía en todos los
sentidos a los clubes que lo contrataban. Pero también se
responsabilizaba de las derrotas a la par que se atribuía
todos los méritos de las victorias. Así que todas las
miradas convergían en su figura. Y su sola presencia en los
campos era ya un espectáculo.
A partir de HH los entrenadores fueron reconocidos como
figuras destacadas. Y comenzaron a ganar dineros que antes
no veían ni por asomo. Aunque es cierto que los técnicos se
vieron acuciados por responsabilidades jamás tenidas. Y
comenzaron a sufrir las broncas de los aficionados en cuanto
al juego y los resultados, si no eran los esperados. Los
entrenadores de aquella época, que hago extensiva por mi
cuenta y riesgo hasta los ochenta, temían lo indecible,
salvo excepciones, el descenso de su equipo. Porque a quien
pasaba tan mal trance sólo le quedaba guardar el luto
correspondiente. A pocos entrenadores se les hubiera
ocurrido ponerse en plaza pública a dar lecciones de fútbol,
apenas consumado el descenso del equipo entrenado por él. O
bien por haber sido despedido por malos resultados.
Desde hace ya bastantes años venimos viendo que hay
entrenadores que, acostumbrados a dar petardos tras
petardos, no tienen el menor pudor en salir al día siguiente
enmendándoles la plana a otros entrenadores en los medios de
comunicación. De los que reciben remuneraciones muy
sabrosas. Y están en su perfecto derecho. Siempre y cuando
lo hicieran si acaso hubieran decidido retirarse de los
banquillos para convertirse en glosadores. No es el caso de
Aragonés: entrenador que ha conseguido éxitos indiscutibles.
Y a quien se debe en gran medida que la selección española
sea actualmente un conjunto que causa admiración general. LA
ha sido contratado por Ál Jazzera, emisora de televisión,
como figura cuya opinión futbolística interesa muchísimo. Y
le están lloviendo críticas acerbas, insultos a granel y
frases injuriosas.
Aragonés tiene todo el derecho del mundo a opinar sobre el
juego de España en el Mundial. Sus comentarios se basan en
lo que sucede en cada partido. Por lo que no acabo de
comprender las razones existentes para que esté siendo
objeto de una persecución sañuda. Y mucho menos por parte de
opinantes que firman en periódicos de gran tirada nacional y
de las más importantes emisoras de radio. La fobia que se ha
desatado contra el ex seleccionador me parece tan injusta
como posiblemente orquestada. Y es que en esta España
nuestra sigue existiendo la terrible manía de que cuando
toca destacar a un personaje se hace necesario desprestigiar
a otro al mismo tiempo y en la misma dimensión. Así viene
ocurriendo con LA, después de que la selección levantara
cabeza tras la derrota frente a los suizos. Y como España
gane el Mundial, que lo tiene a su alcance, mucho me temo
que al Sabio de Hortaleza le van a seguir zurrando la badana
de forma inmisericorde. Bochornoso (Nota: En la muerte, los
más notables plañideros de LA, han sido quienes lo zaherían
entonces).
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