Pero digan vds. que se hace,
porque una cosa es predicar y otra dar trigo, según el viejo
adagio castellano. Y viene a cuento esta breve sentencia
como consecuencia de las proclamas, tanto a nivel local como
nacional, que se vierten en los medios escritos, tertulias
de radio o noticias televisadas, con referencia a los hechos
que causaron la muerte de 9 subsaharianos al intentar, mas
de doscientos de ellos, el asalto a la valla de la frontera
del Tarajal, muertes producidas por agotamiento al querer
acceder a Ceuta a la carrera por la playa.
Y las reacciones son las de siempre como por ejemplo la que
propone Unión Progreso y Democracia: “no existe capacidad
por (parte del Partido Popular) de gestionar suficiente
cintura ni experiencia para solucionar o al menos paliar la
situación del puesto fronterizo del Tarajal” por lo que
proponen “un programa político con soluciones a los
problemas de Ceuta”.
Por parte de la entidad sindical Comisiones Obreras se
expresa que “el derecho de la Unión Europea a preservar la
integridad de sus fronteras no puede suponer una sentencia
de muerte para aquellas personas que intenten llegar a su
territorio”. “Que las autoridades españolas, como frontera
sur de la U.E., deben arbitrar las medidas necesarias para
garantizar la integridad física y moral de las personas que
pretenden ingresar en nuestro territorio, incluso cuando lo
intentan de forma no autorizada”, haciendo finalmente un
llamamiento a las autoridades españolas y europeas para “que
cese este aluvión de muertes injustas y evitables que
debería hacernos sentir vergüenza por aceptarlo como algo
cotidiano”.
El Partido Socialista Obrero Español de Ceuta, por su parte,
“ha expresado su deseo de que nunca mas vuelva a producirse
un hecho como este” y han mostrado “su solidaridad con el
drama humano que viven millones de personas que se ven
obligadas a salir de sus países para buscar un futuro
mejor”.
Todas estas conjeturas nos parecen juicios que se forman a
consecuencia de los desgraciados acontecimientos que hemos
referido, pero ninguna de ellas ofrecen una solución al
grave problema que, desde hace mas de quince años, nos viene
afectando muy directamente y para lo cual, tanto por parte
del Partido Socialista como del Popular (únicos que han
gobernado en la nación desde que se plantearon las primeras
incursiones de magrebíes, argelinos, tunecinos y
subsaharianos) se adoptaron medidas para paliar la estancia,
construyéndose Centros de Acogida para adultos, varones y
hembras, jóvenes, niños y lactantes, donde se les facilita
alimentación, vestido, cobijo, asistencia sanitaria y
medicación, disfrutando de total libertad de movimientos y
con posibilidad de acceso a centros de enseñanza y
religiosos, procurando, con su traslado a la península,
evitar la masificación de estos Centros. Lo que no ha podido
todavía resolverse, dado el grave problema de paro que
existe en nuestra nación, es permitir el acceso y la
integración masiva de estos migrantes a los puestos de
trabajo que para sí quisieran seis millones de nacionales,
con el agravante de que, de llevarse a efecto, serviría de
llamada para otros muchos que, a la vista del “éxito” de sus
compatriotas, provocarían más intentos de acceso a países de
la Unión Europea, aun a costa de hacerlo subrepticiamente y
ello, en la mayoría de los casos, a través de Ceuta y
Melilla.
Por todo ello nos reiteramos en decir que cuantos critican
el trato o poca atención que se presta a estos inmigrantes,
en vez de comentar las deficiencias y desatención del
gobierno hacia los mismos, que digan como se hace o
soluciones que existen para evitar tales hechos.
|