No cabe la menor duda, la llegada
hasta la frontera del Tarajal, tras haber partido del centro
de Ceuta, se ha convertido en un auténtico drama para ir y
en un peligro de vida o muerte, si cualquiera tiene un
problema de salud urgente y se tiene que desplazar hasta el
hospital.
Es cierto que el centro de Ceuta no está acondicionado para
la circulación de tantos vehículos como hay aquí, pero con
el centro controlado, que lo está, ha ido surgiendo, cada
día a más, un problema colateral que no veo como se puede
solucionar y no sé si desde las esferas correspondientes se
sabe como poder llegar a solucionarlo.
De momento, y malo es comenzar, esos atascos tan prolongados
en el Tarajal se han cobrado la primera víctima, esperemos
que sea la primera y la última.
Y es que una señora, rondando los 70 años, ha fallecido de
un infarto, en tanto que la ambulancia no logró llegar a
tiempo hasta la zona donde estaba, porque los colapsos se lo
impidieron.
El problema no sé hasta qué punto puede ser achacable a la
Ciudad y más bien, los expertos aseguran que hay una obra
que está llevando a cabo Marruecos, al otro lado de la
frontera y que es esta obra la que provoca casi todos los
problemas de circulación que afectan a Ceuta.
Siempre tenemos algo encima, y siempre se encuentra el
empedrado para poderle echar las culpas.
Cada día, pues, con este tipo de obras va surgiendo algo
nuevo y ya ha quedado atrás lo que se anunciaba en estas
mismas páginas hace un par de días, cuando se decía que la
serie de atascos había hecho que la línea 7 de la empresa de
autobuses recortaba parte de su recorrido, para evitar los
miles de problemas que ocasionan los atascos continuados.
Lo de los autobuses es malo, para los servicios de Ceuta,
porque ello entraña que muchos alumnos, por ejemplo, tengan
que llegar tarde a los centros escolares o que no puedan
llegar, dependiendo de desde donde tengan que venir, pero
mucho peor es que los servicios de ambulancias se encuentren
con el mismo problema y aquí un retraso puede llevarle a
uno, directamente, “al cielo”, cuando en líneas generales y
con normalidad podría ser, tan sólo, una indisposición de
poca monta.
Debido a esto, y con toda la razón, los vecinos de las
barriadas afectadas por esta problemática, se encuentran más
que molestas, indignadas, ante la pasividad que se deja
traslucir en la actuación de las principales autoridades.
La muerte de esta señora, de una forma , totalmente,
inesperada y debido “posiblemente” a haber existido
problemas de circulación, hace que personas tranquilas, por
naturaleza, ahora se empiecen a mover, al tiempo que
muestran, a las claras, su indignación y exigen que las
autoridades pertinentes “cojan el toro por los cuernos” para
terminar, de una vez, con esa situación.
Y no nos puede valer eso de vías alternativas para evitar
los atascos, lo que nos vale es que se den soluciones
definitivas, para que este “nuevo” problema no se quede para
el futuro como un problema, uno más, congénito de Ceuta.
Y es que, si los conductores de los autobuses han sido los
primeros en soportar el problema, el paso siguiente lo han
tenido que dar los trabajadores del servicio de ambulancias
y con la muerte de una señora ese problema ha llegado al
punto de tener que pedir soluciones inmediatas.
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