Mientras que en el Salón de Plenos de la Asamblea se debatía
sobre los expedientes de derribo en la barriada de Benzú, a
las puertas del Palacio Autonómico decenas de vecinos se
concentraban al grito de ‘Benzú no se derriba’. El grupo se
identificaba con camisetas y pancartas en las que se leían
proclamas como “no al derribo” o “Benzú es nuestro hogar”.
Tras las cartulinas, los vecinos recordaban que aunque son
15 los expedientes de derribo, hay 25 familias afectadas con
personas mayores, trabajadores, parados, adolescentes y
niños. Muchas vidas que dependen de este proceso en el que,
si algo tienen claro los vecinos es que, lucharán. Así lo
manifestaban varios miembros de la plataforma que se ha
creado.
“La lucha no queda en las casas, sino en la barriada”,
manifestaba una afectada que explicaba como los que tengan
que irse “por orden de un juez” lo harán, pero lo que no
están dispuestos a ceder es marcharse de la barriada.
“Reivindicamos que se lleve a cabo el Plan General de
Ordenación Urbana (PGOU) y que se cumpla la promesa de que
los vecinos serán realojados en la misma barriada”,
comentaba esta mujer en un corrillo. A su lado, otra
afectada se mostraba indignada por que, para ella, “se está
tratando la barriada como si hubiera allí barracas”. Además,
reprochaban al delegado del Gobierno sus declaraciones sobre
que había “intereses ocultos”. “Estuvo muy desacertado”,
afirmaban varios vecinos.
Una mujer hacia hincapié en que sus casas son “dignas” y
recordaba que pagan sus impuestos como cualquier otra
vivienda. “Nunca se han preocupado de la barriada, hemos
aguantado durante años la cantera y ahora todos somos
alérgicos por eso”, denunciaba una mujer. A su lado, un
afectado cuestionaba la decisión de Delegación y aseguraba
que era “sospechoso” que las cartas para con los expedientes
de derribo llegaran días después de que los propios vecinos
hubieran ido a Delegación a denunciar los barrenos que
habían aparecido en las casas y solicitar que los dejaran
arreglarlos.
Algunos contaban como habían encontrado autorización para
edificar del año 1936 o un contrato de compra por 6.000
pesetas del año 1954. Documentos con los que los vecinos
llegarán hasta Estraburgo, si hace falta y así lo reiteran,
para defender sus casas y su derecho a permanecer en la
barriada.
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