Las obras que al parecer está acometiendo Marruecos en la
zona fronteriza continúa provocando el caos circulatorio en
la ciudad donde uno de los servicios más afectados ayer, fue
el de autobuses, que tuvo que modificar sobre la marcha la
ruta de la línea 7 que llega hasta la frontera.
Tal y como aseguraba ayer a este diario el gerente de la
empresa de autobuses ‘Hadú-Almadraba’, José María Cuellar,
la situación que se está viviendo es “caótica”, manifestando
que “es insoportable todo lo que estamos aguantando y
sufriendo”.
El caos circulatorio, las retenciones a la hora de poder
acceder desde Ceuta a Marruecos debido a las obras del país
vecino en las inmediaciones de la frontera provocó
nuevamente que las colas de vehículos llegaran hasta cerca
de la barriada Juan XXIII, para desesperación de los
conductores y de los vecinos de Ceuta que intentaban acceder
bien al Hospital Universitario o simplemente a las viviendas
de la zona.
“Es una pena que Ceuta tenga que soportar esta situación, y
se vea colapsada de tal manera que perjudique incluso el
acceso al hospital”, manifestaba Cuellar, quien indicaba que
los trabajadores de la empresa estaban sufriendo estas
consecuencias ya que los embotellamientos y astascos
producidos estaban provocando importantes retrasos, no sólo
en los horarios estipulados en las líneas del servicio sino
también a la hora de terminar la jornada, destacando que el
coche que tenía que haberse encerrado a las 15.00 horas en
la central lo hizo a las 16.30 horas al verse inmerso en
este colapso circulatorio.
Precisamente, la decisión de alterar el itinerario de la
línea 7, y fijar que la misma sólo llegara hasta el Hospital
Universitario y desde ahí regresar a la parada del centro no
gustó a muchos de los usuarios de la citada línea que
comenzaron a protestar e increpar al inspector de la
empresa, ubicado en la zona del Mercado Central, teniéndose
que dar aviso a la Policía para que interviniese.
Igualmente, decenas de usuarios también se desplazaron hasta
la central de la empresa Hadú-Almadraba para “protestar de
malas formas” la decisión adoptada.
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