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El Tribunal de Cuentas pone al
descubierto en su Anteproyecto de fiscalización contable de
los ejercicios 2010 y 2011 que las empresas municipales de
la Ciudad Autónoma fueron deficitarias durante los
ejercicios 2010 y 2011, presentando unos resultados de
explotación agregados deficitarios en ambos años; esto es,
41.388.000 euros en el periodo de 2010 y 40.084.000 euros en
el ejercicio de 2011. Además el endeudamiento financiero
agregado del sector empresarial ascendía, al 31 de diciembre
de 2011, a 65.626.000 euros. Este hecho merece una
explicación convincente, razonada y fundamentada, por parte
del Gobierno de la Ciudad, para que conozcamos todos cómo se
ha enjugado ese déficit o si, por el contrario, se ha
mentido cuando ahora se ha dicho que todas las empresas
municipales cuentan con sostenibilidad presupuestaria y
equilibrio financiero. La ciudadanía merece saber si estamos
ante la gran farsa de Juan Vivas o, si por el contrario, se
ha subsanado una situación, que no es más que el reflejo de
la catastrófica gestión económica y consecuencia de la
nefasta política financiera de quienes quieren vendernos
unos niveles de excelencia inexistentes.
La Ciudad de Ceuta, a la vista del pronunciamiento del
Tribunal de Cuentas ha tenido tiempo para realizar una serie
de alegaciones para contrarrestar el mencionado informe, con
tantas anomalías que demuestran una desidia grande. El
desorden en las cuentas públicas es mucho más escabroso de
lo que podíamos imaginar. Un desbarajuste que merece
explicaciones.
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OPINIÓN / EDITORIAL
