La vicepresidenta del Gobierno y miembro del Comité
Ejecutivo del Partido Popular, Soraya Sáenz de Santamaría,
afirmó ayer que “en España se puede y se debe confiar”,
porque los españoles estamos recuperando la esperanza, sin
necesidad de mensajes triunfalistas. En este sentido,
destacó que es imprescindible crear un sistema estable que
ayude a dinamizar una gestión de los impuestos mucho más
justa, equitativa, que atienda y apoye a la inversión y a
los pequeños emprendedores y que nos permita ganar en
competitividad.
Durante su intervención en el diálogo titulado Vocación
reformista, que ha tenido lugar en el Ágora de la Convención
del PP, Sáenz de Santamaría subrayó que el Gobierno del
Partido Popular seguirá trabajando con el objetivo de
“fortalecer aquellos elementos para que futuras generaciones
no vivan una crisis como la nuestra”.
La vicepresidenta del Ejecutivo hizo balance de las reformas
llevadas a cabo durante estos dos años de legislatura,
“reformas, unas más amplias otras más pequeñas, pero ni un
solo ámbito sin reformar”. Así, ha apuntado que actualmente
España tiene unas cifras macroeconómicas “buenas”, pero ha
insistido en que el objetivo de lo que resta de legislatura
se debe centrar en que también lo sean las microeconómicas.
“Sin la macroeconomía hoy no estaríamos donde estamos, pero
la microeconomía tiene que ser la siguiente batalla. Hay que
aunar esfuerzos para crear empleo y que los españoles
aumenten su confianza para consumir e impulsar el esfuerzo,
y favorecer a las clases medias españolas que han aguantado
sobre sus espaldas los sacrificios de la crisis”, espetó.
Sáenz de Santamaría ha recordado que desde que el Partido
Popular llegó al Gobierno ha tenido que batallar para
demostrar que España era un país grande y fuerte, con
potencial para afrontar, él solo, la salida de la crisis.
“Nadie duda de que las reformas había que hacerlas, pero en
su momento era difícil convencer a la Unión Europea, a los
inversores y a otros países de que España iba en serio”.
Así, ha relatado que el Ejecutivo asumió el coste de estas
medidas, con críticas y dificultades, máxime cuando no
siempre era fácil explicárselo a los ciudadanos porque éstas
no eran populares.
|