Qué satisfacción par mí ir a Ceuta, tierra tan relacionada
históricamente con la mía!.
Aunque a decir la verdad de Ceuta solo conocía una expresión
nada bonita utilizada por los españoles colonizadores y que
como legado pasó a los cubanos. El caso es que a los que
cometían algún tipo de indisciplina por allá los enviaban de
castigo acá, lo que generó la exclamación. Con el paso del
tiempo muchos cubanos la utilizan sin entender su
significado para matizar la conversación con algo grosero
que quiere decir que eso a mi no me importa.
El azar quiso que viniera a Ceuta. El inconveniente de tener
que coger un barco para llegar al destino, atravesando el
estrecho por donde penetran las aguas del Oceáno Atlántico
al mar Mediterráneo, a mí me gustó porque es algo diferente
y la travesía es agradable. Y llegué a una Ceuta
escrupulosamente limpia, llena de parques y jardines
excelentemente mantenidos, con mucho mar.
Para colmar mi gusto acababa de morir el invierno y nacía el
verano. Al tomar lo que ustedes llaman ascensor y que
nosotros llamamos elevador, por el poco espacio de tiempo y
la necesidad de hablar, mi primera comunicación con un ceutí
fue con una apuesta señora que dijo “¡Qué calor”! Y yo le
sonreí porque no me quedó tiempo para más.
Pero me pareció que no están adaptados al calor del verano.
Al día siguiente traté de comprender la geografía de Ceuta y
descubrí que como tiene un foso que la separa de la tierra
firme y se me ocurrió que la podía considerar una isla, pero
que en realidad, es una península bastante irregular y
montañosa con una base más ancha que se clava en el azul y
cambiante Mar de Alborán. Con una parte estrecha en la que
casi se pega el mar del norte con el sur. Y en esto de que
caminando, en poco tiempo se puede ir del mar del norte al
del sur me recuerda a nuestro Varadero.
La vegetación juega un papel primordial en el equilibrio del
medio ambiente. Las montañas de Ceuta está cubiertas de una
vegetación diversificada y están surcadas por caminos de
asfalto para que el pueblo la disfrute, por lo que yo las
veo como una extensión de los jardines de Ceuta. Toda esta
vegetación consumen grandes cantidades de dióxido de carbono
y liberan mucho oxígeno a la atmósfera por lo que si hay
problemas con el calentamiento global de la atmósfera al que
también llaman efecto invernadero, Ceuta no tiene
responsabilidad en eso.
Los colonizadores debieron conocer poco sobre Ceuta, tan
poco como tantos españoles que todavía la desconocen, porque
bien valdría la pena cometer una indisciplina para merecer
como castigo lo mandasen a uno al paraíso ceutí.
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