Las ofertas en la licitación de
las obras de La Marina han puesto sobre la Mesa de
Contratación un total de catorce empresas interesadas en el
proyecto, de las que dos, han presentado unos números, que
podrían entenderse como bajas temerarias, que incluso han
alcanzado el 40% del precio de licitación, lo que significa
que, o bien la Ciudad Autónoma no han ajustado los precios
de manera adecuada o, hay alguna empresa dispuesta a dejarla
en evidencia. De una u otra manera, lo cierto es que ahora
los técnicos han de estudiar las propuestas y se encuentran
abocados a repasar los números para fijar las cuantías con
las mínimas garantías de viabilidad.
Este proyecto de La Marina que, debido a los múltiples
avatares sufridos, parece que ya nace viciado, acaba de
plantear un asunto de debate a los técnicos. Lo peor de las
bajas temerarias son las continúas ampliaciones que se
suceden en algunos casos, en vez de suspender la
contratación “ipso facto”. Por el momento, está por ver qué
determinación de adoptará en esta situación que se plantea
en las propuestas presentadas. Una vez que se profundice en
todos los extremos que conforman las distintas propuestas y
las condiciones que ofrecen, la Mesa de Contratación
decidirá en consecuencia sobre lo más viable técnica y
económicamente.
El proyecto, a la vista de las ofertas presentadas, es obvio
que interesa, máxime con la escasez de obra pública que la
crisis económica ha motivado. Llama la atención que haya
quien ofrece una diferencia económica tan abismal como para
rebajar el 40% del total fijado por la Ciudad Autónoma de
Ceuta como precio inicial de licitación. Esperemos no estar
ante el penúltimo capítulo del “proyecto estrella” del
presidente Vivas
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