Abrió el acto Jacob Hachuel, miembro de la Comunidad hebrea,
advirtiendo a los reunidos en la Plaza de la Constitución,
junto al monumento alegórico que se omitieran aplausos en
este evento, ya que no se trataba de una celebración sino de
una conmemoración que, desde hace 69 años viene haciéndose
en Israel. Una conmemoración para la que se dijo que el
pueblo de Israel no olvida por la atrocidad que supuso ese
exterminio que no solo iba contra el pueblo judío sino
también contra otras étnicas: gitanos, musulmanes,
cristianos.
Aludió el interviniente a la frivolización que se viene
haciendo últimamente de esta barbarie y se refirió a
determinados signos que, en Cataluña, han esgrimido símbolos
nazis, como queriendo dar a entender que en Cataluña se vive
en un campo de concentración.
Sobre la banalización del holocausto nazi, Jacob Hachuel fue
especialmente crítico por considerar que no responde a la
terrorífica experiencia vivida. Un hecho que no se da en
otros países que sí vivieron la ocupación nazi como Francia,
Holanda, o Polonia.
Criticó a José Saramago, Premio Nobel de Literatura por su
concepción equivocada sobre el holocausto nazi. Acabó su
intervención con unas palabras de Pilar Rahola: “Solo desde
una negación estremecedora de la conciencia europea, se
puede utilizar el Holocausto como arma arrojadiza. Ya no se
trata solo de amar el principio de información por encima de
la propaganda, de querer ser cronistas de la verdad y no del
odio. Se trata, sobre todo, de respetar a las víctimas del
crimen industrializado. Porque habrá que decirles a los
Saramagos del mundo que banalizar a las víctimas del
Holocausto es volver a matarlas. Como dijo alguien, el rigor
histórico no solo es una obligación científica: ante el
Holocausto, es una exigencia moral”.
El niño Menahen Gabizón procedió a a dar lectura a una
oración póstuma en castellano que, posteriormente, el rabino
Josef Benaquén, leyó en hebreo. “Dios misericordioso que te
encuentras omnipresente, concede el descanso adecuado en los
regazos de tu Divinidad, que ilumine las almas de todos
aquéllos hermanos y hermanas que fallecieron en el
Holocausto. Rogamos por el descanso de todas las almas en el
Gran Edén junto a todos los seres justos y digamos amén”.
Una vela blanca que se depositó a los pies del monumento a
la Constitución, puso colofón a este acto. A continuación el
presidente de la Ciudad, quiso poner de manifiesto que éste
es un hecho que no se debe de olvidar, que supuso un ataque
a la dignidad humana por razones étnicas y que,
afortunadamente, hubo supervivientes que contaron lo
ocurrido para nunca más vuelva a suceder.
El delegado del Gobierno, aludió a la banalización referida
por Jacob Hachuel sobre un hecho atroz que debemos impedir
que se vuelva a repetir, defendiendo los valores
democráticos.
Por su parte, el portavoz socialista, José Antonio Carracao,
dijo que el Holocausto nazi demuestra que el ser humano es
capaz de lo mejor y de lo peor y que esto no se puede
repetir.
|