Desde ayer, el personal del Centro de Salud del Tarajal ya
dispone de un lugar donde poder aparcar y despreocuparse de
las multas. Se trata del terreno colindante al edificio y
donde supuestamente se iba a construir la ampliación del
centro, aunque esta nunca se ha llevado a cabo. En su
momento, la constructora valló la zona para guardar el
material, pero este ya no se encontraba allí y un particular
estaba explotando la zona como parking privado. Ante las
críticas y reivindicaciones de los trabajadores del centro
de salud, el Ingesa se ha puesto manos a la obra y ayer
logró liberar este espacio.
Durante los últimos días, los trabajadores se quejaron de
que la Policía no dejaba de multar tanto a empleados como a
pacientes, sobre todo el pasado jueves y viernes. Ahora, el
terreno se ha abierto provisionalmente para que el personal
del Ingesa pueda dejar sus coches. Desde el centro, el
personal sanitario cuenta como esto facilitara que cuando se
produzca un aviso para desplazarse a un domicilio la
atención sea más rápida, ya que podrán contar con sus
vehículos de forma inmediata para desplazarse. No obstante,
advierten que es una solución a medias, ya que se mantienen
otros problemas como la falta de aparcamiento para los
pacientes.
Los trabajadores siguen reclamando que se creen plazas de
aparcamiento para minusválidos y que se reserve un espacio
para ambulancias, que hasta ahora no existe. Además,
insisten en la falta de seguridad vial que hay a las puertas
del centro del Tarajal. La anchura de la calle es
insuficiente para que se pueda aparcar y, además, circular
en los dos sentidos, pero esto se produce cada día. Por
ello, el personal del Ingesa ha propuesto a la Ciudad que,
mientras que el centro de salud esté abierto, el paso de
vehículos sea en un solo sentido, por ejemplo de subida,
mientras que la bajada se podría hacer por el Colegio
Príncipe Alfonso. Sin embargo, ante sus propuestas no han
recibido respuesta, aunque ellos no dejan de denunciar la
situación y el peligro que conlleva.
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