El teatro del Revellín se ha convertido un espacio “cardioprotegido”,
ya que desde ahora cuenta con un desfibrilador para atender
incidentes del tipo de una parada cardiorrespiratoria, un
síncope o un infarto de miocardio. La consejera de
Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu, y el consejero de
Sanidad, Abdelhakim Abdeselam presentaron ayer este
dispositivo que garantizará la seguridad de los asistentes
al teatro. Deu aplaudió el trabajo del consejero de Sanidad
al dotar a la Manzana del Revellín con un desfibrilador y
también agradeció la formación que desde este área le han
impartido a los trabajadores del centro para utilizar el
dispositivo.
Por su parte, Abdeselam explicó que la instalación de este
dispositivo da continuidad a la línea de trabajo que se ha
marcado la Consejería de Sanidad para ir creando “áreas
cardioprotegidas que cuenten con desfibriladores
semiautomáticos y personal cualificado para su uso”. “La
finalidad y el objetivo es que cuando se produzca algún
incidente del tipo de una parada cardiorrespiratoria, un
síncope o un infarto de miocardio, estos aparatos sirvan
para diagnosticar y a la vez para tratar a la persona”,
recordó el consejero para explicar que, en el margen de
siete o diez minutos, se ha comprobado que más del 75% de
las personas pueden recuperarse y su ritmo cardiaco vuelve a
la normalidad.
Ante el alto grado de éxito de estos instrumentos, para la
Consejería se ha convertido en una prioridad ir cubriendo
las zonas de más tránsito de personas con este tipo de
desfibriladores. De momento, ya se han instalado en los
polideportivos Guillermo Molina y Díaz Flor, en el Centro de
Riesgos Laborales del Ayuntamiento y en la zona del
Instituto Siete Colinas. Además, gracias al donativo del
fallecido Carlos Chocrón, la Estación Marítima y el Parque
Marítimo del Mediterráneo también cuentan con sendos
desfibriladores desde el verano de 2012.
Señales visuales y acústicas
Los trabajadores del teatro han recibido formación para
atender a personas que presenten síntomas de infarto. El
primer paso sería realizar la Reanimación Cardiopulmonar (RCP),
y de no funcionar, se aplicaría este aparato, que va
indicando con señales visuales y acústicas todos los pasos
que hay que seguir a la hora de aplicárselo al paciente.
Abdeselam quiso reiterar durante la presentación del
Revellín la “utilidad” de los desfibriladores y lo prácticos
que son a la hora de salvar vidas. El consejero de Sanidad
demostró que su uso es sencillo y que cualquiera puede
prepararse para atender a una persona con síntomas de
infarto y evitar con ello que su vida corra peligro. No
obstante, Abdeselam recordó que tras realizar la reanimación
cardiopulmonar es imprescindible avisar a los servicios
sanitarios para que sean estos los que hagan una evaluación
posterior para conocer por qué motivos se ha producido la
parada cardiaca.
“La instalación de estos dispostivos es práctica y supone
una garantía de seguridad en grandes núcleos de población”,
insistió el consejero de Sanidad para quien el gran objetivo
es que Ceuta sea considerada una ciudad ‘cardioprotegida’ y
cuente con desfibriladores en todos aquellos recintos donde
haya mucha población o tránsido de personas. Para ello, la
consejeria ya ha elaborado una hoja de ruta de cuáles serán
los próximos sitios donde se instale uno de estos
instrumentos. El Campus Universitario, que ha solicitado a
la Ciudad contar con un desfibrilador, es el siguiente en la
lista.
Alrededor de 3.500 euros
Además, el consejero anunció que tienen en mente instalar
más desfibriladores en Protección Civil, en el Ceuta Center
o en Parque Ceuta, aunque puntualizó que en el centro
comercial se instalaría si la iniciativa privada sufraga los
costes.
El precio de los desfibriladores ronda entre los 3.000 y
3.500 euros, aunque Abdeselam puntualizó que este coste “es
relativo en relación a las ventajas”. “Salvar una vida no
tiene precio”, insistió. Para el consejero este es el tipo
de dispositivos de los que no habría que cuestionar el
precio “cuando lo que está en juego es la vida de una
persona”.
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