Uno de los grandes problemas que
aquejan a esta ciudad y que muestra especial virulencia, es
el de nuestra frontera, y no solo por las innumerables
deficiencias que desde antaño viene mostrando este paso
fronterizo, sino porque unido a estas, el desmesurado
aumento de los porteadores que según parece sobrepasa los
treinta mil diarios cuando, hasta no hace mucho, no llegaban
a veinte mil, está sumiendo en el caos mas absoluto nuestras
ya de por si difíciles comunicaciones con Marruecos.
Lo curioso de este inesperado crecimiento es precisamente lo
que genera mayores dudas, y es que según parece mas de un
listo o lista del vecino país, ha visto la posibilidad de
entrar y salir de Ceuta a su antojo estableciendo su
residencia en el pueblo transfronterizo de Castillejos, con
lo que la necesidad de visado para acceder al territorio
patrio se hace en la práctica nula e inexistente, de ahí que
el tránsito de personas sea descomunal y el paso por la
frontera un verdadero cachondeo, por llamarlo de alguna
manera, dando igual que los accesos que se abran sean uno o
cincuenta y uno, pues el resultado será el de todos
colapsados y toda una ciudad fastidiada.
Desde luego lo que si queda claro, es que cuando nuestros
políticos hablan consiguen sin lugar a dudas que suban el
pan y con creces, pues fue decir que el futuro de nuestra
economía local pasaba por dar “parada y fonda” a los
marroquíes, para que esta quedara, precisamente en este
punto, enfangada y atascada.
Es por este cúmulo de problemas por lo que nuestro Delegado
del Gobierno no tiene mas remedio que afirmar que él no
tiene la barita mágica con la que arreglar todos los
desaguisados que unos y otros van liando día si y día
también, en eso, habremos de darle razón, porque no hay
persona humana que, hoy por hoy, tenga la formula absoluta
para combatir la estupidez, pero desde luego lo que si que
tiene es el poder para decidir y este debe emplearlo en ir
poniendo las bases y dando los oportunos toques de atención
para que, si no todos a la vez, por lo menos si de uno en
uno, algunas de las situaciones creadas o de las erróneas
decisiones tomadas empiecen a enderezarse y a tomar el rumbo
adecuado para los intereses de España en general y de los
ceutíes en particular.
De modo que puesto a dar ideas, una de las tareas a la que
habría de encomendarse, seria la de promocionar verdaderos
estudios sobre como es la realidad de los movimientos
económicos que, realizados en euros, se llevan a cabo en la
zona fronteriza, poniendo especial empeño en conocer en
profundidad que tipo de comercio es el que se desarrolla en
esos “vergeles de la opacidad” que pasan por polígonos
industriales y donde el concepto de seguridad social,
derechos laborales y pago de impuestos, vienen a ser
términos discutidos y discutibles o directamente
inexistentes para mas de uno y de dos en aquella zona
“industrial”.
Evidentemente de la recaudación del IPSI por aquellos lares
para que hablar, máxime cuando la primera interesada, que es
la Ciudad Autónoma, pasa olímpicamente de reclamarlo, al
estar tan nefastamente acostumbrada a que el boquete
generado en los presupuestos municipales por tal
circunstancia, se reponga con las remesas compensatorias que
religiosamente se mandan desde Madrid.
Así que llegados a este punto la cuestión es clara, menos
cambalaches y mas soluciones reales, dejando de una vez de
marear al personal con el manido asunto del establecimiento
de una aduana comercial, pues saben perfectamente que
Marruecos boicoteará todas y cada de las propuestas que en
sentido se les haga, porque eso les supondría tener que
hacer algo a lo que solo una nación fuerte podría obligarles
y que no es otra cosa que reconocer la españolidad de estas
tierras, realidad esta, que dada la situación tan precaria a
la que nos ha condenado la actual casta política con el
beneplácito y complicidad de infinidad de paniaguados, ni
mucho menos tiene intención de hacer.
Dicho esto, señor Delegado, no quisiera dejar pasar estas
líneas, a su labor dedicadas, sin preguntarle si a la fecha
le ha comentado a esos levantiscos empresarios fronterizos,
a cuanto asciende el gasto generado por la puesta en
servicio de los nutridos contingentes policiales que operan
en la zona, única y exclusivamente, para que estos puedan
continuar con unos negocios que, a todas luces, lo único que
reportan son beneficios para ellos y quebraderos de cabeza y
gastos para todos.
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