García Aldave cuenta desde ayer con un centenar de nuevos
árboles que se abrirán paso en la naturaleza para arraigarse
en la tierra ceutí. La Comunidad Israelita se congregó para
cumplir con la tradición anual de festejar el año nuevo del
árbol y plantaron estos cien ejemplares de alcornoques,
madroños y mirtos que les ha facilitado la Ciudad Autónoma.
Algunos plantaron ayer su primer árbol, otros demostraban
más experiencia, pero todos lo hicieron con la misma ilusión
y ganas. El vicepresidente de la Comunidad Israelita de
Ceuta, Jacob Hachuel, explicaba que en el calendario judio
existe en esta época del año la fiesta de los nuevos frutos,
Tu-Bishvat, que se celebró la semana pasada y en la que es
de obligado cumplimiento sembrar, como mínimo un árbol.
Hachuel contaba cómo no es casualidad que la fiesta coincida
con el ecuador del invierno, ya que se planta ahora el árbol
para que esté arraigado cuando lleguen las lluvias de
primavera. Esta festividad, pone de relieve el respeto por
la naturaleza que tiene la religión judía y así lo señalaba
Hachuel. “Está en la Torá que hay que respetar las leyes de
la naturaleza, hay que cuidar el planeta, la flora y la
fauna, porque es la única manera de que el ser humano pueda
tener un habitat razonablemente bueno”, puntualizaba el
vicepresidente de la Comunidad Israelita en García Aldave.
Esta plantación ya es tradicional en Ceuta y Hachuel
agradeció a la Ciudad Autónoma, y a los trabajadores de
Obimasa, su colaboración, tanto para facilitarles los
plantones, como para indicarles cómo y dónde se pueden
plantar. “Nosotros no somos profesionales, y lo agradecemos
muchísimo”, señaló el vicepresidente de la comunidad.
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