La consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo, ha
acabado sus semana “horribilis” que comenzó con su
declaración en el Juzgado como imputada en el caso Kibesan y
siguió con su patética imagen ayer en la comparecencia
posterior al Consejo de Gobierno. Yolanda Bel navegó entre
el desconocimiento y la ocultación.
Desconocimiento de temas sobre los que debería estar
impuesta, como la ejecución de sentencia sobre la 6,5 partes
de la extra de diciembre de 2012 de RTVCE que le fue
comunicada al abogado de la empresa donde ella es presidenta
del Consejo de Administración. Y ocultación al ser
interrogada, por segunda semana consecutiva, sobre los
finiquitos de los gerentes de las sociedades municipales.
Tanta ignorancia por desconocimiento o desinformación es un
ejemplo claro de que Yolanda Bel no se entera de la
película. En la comparecencia de ayer, tras el Consejo de
Gobierno, quedó fatal con la sensación de insolvencia que
mostró. Un redactor de este medio le preguntó por el
comunicado de la ejecución de sentencia del Juzgado de lo
Social, y Bel respondió con sobervia que “como presidenta
del Consejo de Administración de RTVCE, no tengo
conocimiento de ello” a pesar de que el pasado jueves, el
despacho de abogados externo que lleva los asuntos jurídicos
de RTVCE ya había recibido el citado comunicado la
ejecución. Por lo visto también debía desconocer que ya
había perfilada una liquidación nominal de las cantidades
que habían de percibir los trabajadores. Asunto que se ha
querido mantener muy en secreto pero que estaba ahí y que
era una realidad. Quiere decirse que, en el Día del Patrón
de los Periodistas, San Francisco de Sales, los trabajadores
de RTVCE recibían esta buena noticia con satisfacción.
Si la presidenta del Consejo de Administración de esta
sociedad municipal desconocía el hecho será cuestión que
pida las explicaciones pertinentes a quien corresponda por
estar en la inopia y hacer un ridículo tan lamentable. No
saber lo que se “cuece” en la propia casa es de una
incompetencia sublime. Que Yolanda Bel desconociera que el
gabinete jurídico que paga tan bien ya había comunicado la
situación judicial el jueves, que no supiera tampoco que
había unas liquidaciones económicas preparadas, que no esté
al tanto o no la mantengan al tanto de lo que sucede en una
sociedad que ella preside, es para cesar a quien no le
informa o para dimitir ella misma, por lo desastrosa de la
situación y lo kafkiana que resulta.
Por otro lado, tratar de ocultar una información tan
sencilla como la relacionada con los finiquitos de los
gerente de las sociedades y sus cobros o no por parte de los
implicados, resulta tan patética como sospechosa. ¿Qué trata
ocultar? ¿Existe algo extraño en todo este asunto? ¿Piensa
Bel que puede mantener oculta dicha información y no saldrá
a la luz en breve?
Las últimas comparecencias tras el Consejo de Gobierno
parecen más una forma de propaganda electoral del Gobierno,
que una manera fidedigna de informar sobre asuntos que son
de actualidad y que interesan a los medios.
Esconderse en el desconocimiento, en la ignorancia o en la
ocultación, no hace mas que desvelar las carencias
políticas, de quien pretende refugiarse en estos pobres
argumentos para protegerse. Sepan estos mediocres ignorantes
que la verdad tarde o temprano, surge como la luz y nos saca
de las tinieblas de esas ocultaciones sin sentido y
absurdas.
No vaya a creer Yolanda Bel que algo no es cierto porque se
oculta o que las cuestiones por no descubrirse cambian la
realidad de su autenticidad, máxime cuando son muchos los
que participan de ellas. Ya saben que un secreto no se puede
mantener si es cosa de dos. Y en los asuntos que nos ocupan,
son muchos los conocedores de los hechos y las filtraciones
vienen por distintos cauces. La mentira, ya saben, tiene las
patas muy cortas, pero hay políticos que parecen
desconocerlo.
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