Y no es porque se marche de
España, aunque algún vecino, si es que no compañero de
viaje, pudiera desear que esa marcha, por ruptura de nuestro
país, se llegara a dar. No es eso, es que Sandro Rosell,
tras un fichaje, para muchos, fantástico, la auténtica
gloria del barcelonismo, ha tenido que coger las de
“Villadiego” y marcharse de la presidencia del Barcelona.
Desde que yo era muy pequeño, oí decir a las señoras mayores
de mi pueblo que “las mentiras tienen las patas muy cortas”
y aquí parece que ese dicho se ha confirmado, con lo que al
ya ex presidente del Barça no le ha quedado más remedio que
coger el “petate” y marcharse a su casa.
El asunto ha removido todos los cimientos más profundos del
barcelonismo, en cuanto un socio del propio Barcelona, no de
otra parte, quiso saber el montante de la operación de
Neymar y no le hicieron ni caso.
Denuncia al canto, documentos a los juzgados, y todo un
presidente que dice adiós, pero eso sí, sin decir la verdad
de lo que ha costado el jugador, que pasará a la historia
como el fichaje más costoso de la entidad barcelonista, ya
que además de cobrar lo que Rosell ha dicho y más que
todavía no dijo, se ha llevado, también, en “plan de pago”
al mismísimo presidente de la entidad.
Hoy por hoy, nadie parece dudar de la categoría del jugador,
pero lo que ha sido el desencadenante de esta crisis tampoco
les va a pasar desapercibido a los estudiosos del Barça.
En su día se festejó, no sé si con cava, con vino tinto o
con sidra asturiana, el que Sandro Rosell había logrado lo
que no pudo, no supo o no quiso lograr Florentino Pérez, que
el jugador se enfundara la camiseta del club azulgrana en
vez de la del Real Madrid.
Florentino Pérez, a pesar de tenerlo, en su día, todo a su
favor, se retiró del trato, porque allí no estaban muy
claras las cosas y el coste era prohibitivo.
Sandro Rosell no encontró barreras y lo fichó, además
pavoneándose de que lo había conseguido tan barato que “casi
le habían dado dinero con el jugador”. ¡¡Ja-ja-ja!! Los
brasileños dando duros a pesetas, no se lo creían ni los
propios culés.
Y saltó la liebre. Llamada a la Audiencia, entrega de
documentos y lo que eran 57,1 millones se habían convertido
en 95 y ... lo que te rondaré morena, con un beneficiado muy
especial, el padre del jugador.
Con la verdad sobre el tapete y lo que se puede esconder al
tirar de la manta, los brasileños que se sienten engañados,
o Hacienda si hay oscurantismo, en medio, Rosell no ha
podido aguantar y deja a su delfín, el vicepresidente
primero, al frente de una nave zarandeada por unos mares
demasiado revueltos.
Así fueron las cosas, a Florentino le salía la broma por más
de 150 millones de €, a Rosell le “¿había costado?” sólo 57,
1, y ahora tras una faena de aliño, oscurantismo y más
oscurantismo, Rosell se va pero sin decir lo principal, el
precio exacto.
Ahora, para completar la faena y que ésta fuera redonda,
además de los juzgados, debiera o tenía que intervenir
Hacienda para que esa serie de contratos de la ingeniería
financiera tramposa pagaran lo que no hayan pagado. El
fichaje puede ser bueno, estoy seguro que lo será, pero el
escándalo, a nivel mundial, ha sido morrocotudo, al menos
hasta ahora, y lo que falte por salir.
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