Pero puede servir de aviso para el
futuro, con lo que llevaría consigo para todos, también,
naturalmente, para los propios comerciantes.
Así pues, y con esto no se puede jugar ahora y creo que en
ningún otro momento, el cierre patronal, por parte de los
empresarios, el pasado martes, en demanda de soluciones,
tendrá las lecturas que cada uno quiera darle, pero es algo
muy serio para una ciudad como Ceuta que no tiene mucho de
donde tirar, para poder subsistir. Y esto que no lo olvide
nadie, ni empresarios, ni la Ciudad, ni tampoco la
Delegación del Gobierno.
El cierre del pasado martes, creo que no cogió por sorpresa
a nadie, puesto que los empresarios de los polígonos del
Tarajal, desde hace muchos días, están hartos de la
situación que se está viviendo allí, con la serie de
problemas que se ocasiona a todos.
Ese ¡¡Basta ya!! Del pasado martes, de momento, lo podemos
considerar como un simple amago, para solucionar todos los
problemas que están rodeando, pero si llegara otro ¡¡Basta
ya!!, la situación podría ser muy diferente y las
consecuencias habría que estudiarlas, entonces.
Llegados a estas situaciones, como no podía ser de otra
manera, cada uno mira por sus intereses, con las
repercusiones que puedan tener para los demás.
Esto se esperaba, pero sólo eso, se esperaba, sin que nadie
hubiera imaginado que iba a ser el martes. Había que jugar
todas las bazas y la patronal las jugó con ese factor
inesperado ese día que, al final, cogió desprevenidos a
muchos, por supuesto, de las esferas gubernamentales,
locales y nacionales.
Lo que no estaba muy claro, prácticamente para nadie, es que
el cierre iba a ser cuando fue y que la economía de la
ciudad se iba a quedar, prácticamente, helada.
Al final, se puede decir que el cerrojazo fue todo un éxito,
posiblemente por eso, porque eran muy pocas las personas que
lo estaban organizando directamente y tuvieron buen cuidado
de que no hubiera ningún tipo de “soplo” para que otros
trataran de enmendarlo.
Las puertas de los polígonos habían quedado cerradas, no se
podía acceder a ellos y de esta manera la situación saldría
como se programó.
Hasta ahí quedaba muy clara la situación, aquí no había
habido fisuras y lo mismo que había habido un día de cierre
podría repetirse y seguir más tiempo.
A partir de aquí, no cabe la menor duda, los acuerdos tienen
que llegar y por parte de quienes cerraron el martes se ha
visto la buena intención, al haber abierto al día siguiente.
Eso debe quedar claro.
Y además habrá que saber valorar cual es la situación y
hasta donde se puede llegar, con una zona, desde la que la
situación económica de Ceuta puede hacerse variar mucho,
según que se siga en una dirección o en otra.
Los movimientos, especialmente, ese día del cierre en el
Tarajal, fueron muchos y muy variados, con documentos que se
enviaron a la Ciudad y a la Delegación del Gobierno, con
unos cálculos y las exigencias más urgentes que hay que
solucionar.
Tras todo esto, al menos políticamente, desde las
principales esferas de Ceuta, la situación quedó más
tranquilizada, con un talante, se decía desde fuera, muy
distinto al mostrado, en las fechas anteriores.
Así han quedado las cosas. Ahora tocará “mover ficha” a las
autoridades, para que el próximo lunes no se vuelva a dar
otro cierre que nadie desea y que a nadie le iba a
beneficiar.
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