Cataluña es el cuento de nunca
acabar, aunque todo el mundo sabe que todos los cuentos
siempre tienen un principio y un final. Pues, eso, haber si
de una vez por todas le ponemos punto y final a este cuento
que vienen contando, desde siempre, los independentistas,
que no son más que unos aldeanos con las boinas caladas
hasta las cejas.
Basta de palabrerías, de las que el pueblo español está
cansado, y los que mandan se dedican a realizar hechos que
acaben poniendo punto final a éste cuento de nunca acabar.
Que ya se está apareciendo al cuento “de la buena pipita”,
que nunca tuvo un final.
No sólo desde la llegada de la democracia, los
independentistas vienen utilizando el mismo cuento,
adoctrinando a los niños desde pequeños con la frase, que
por cierto ya han quitado, “España nos roba” o “los
españoles nos odian “.
Cuando España jamás les ha robado y mucho menos los
españoles, todos somos españoles incluidos los catalanes,
odian al pueblo catalán, al que no sólo desde que llegó la
democracia, sino con el régimen anterior, a Cataluña se le
ha dado de todo, en detrimento de otras regiones españolas.
El régimen anterior cometió el enorme error, de darle todo a
Cataluña, para que gallegos, murcianos, extremeños y
andaluces, tuviésemos que emigrar a aquel trozo de España en
busca del trabajo que se nos negaba en los lugares donde
habíamos nacidos pensando, sin lugar a dudas, que al inundar
de todos estos gallegos, murcianos, extremeños y andaluces
Cataluña, se pudiese acabar con los independentistas
catalán, españolizando lo más posible a Cataluña, sin
pararse a pensar, que todos esos inmigrantes y sobre todos,
sus hijos, se convertirían, más pronto que tarde, en más
catalanes que los propios catalanes.
Con la llegada de la democracia, nacieron las CC. AA,
recibiendo competencias que nunca se le debieron dar, pues
la Educación, las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del
Estado y la Sanidad deben ser, única y exclusivamente,
competencias del Estado.
Si a eso le sumamos, el celebre “café para todos” y que un
presidente que se le ocurrió la maravillosa idea de decir
que Cataluña era una “nación”, cuando demostrado está que
Cataluña no es más que un condado, y que aprobaría el nuevo
Statut que saliese de gobierno catalán, no hizo más que
alimentar el independentismo catalán, que vio un balón de
oxigeno a su independencia con las frases dicha por el
presidente de que era una “nación” y la aprobación del
Statut.
Y vamos a dejarnos de cuento, ya que de cuento hablamos de
lo laborioso que son los catalanes. Cataluña, se hizo grande
gracias a la sangre, el sudor y las lágrimas, de todos los
gallegos, murcianos, extremeños y andaluces que aparecimos
por aquellas tierras, echándoles al trabajo más horas que un
reloj..
Par acabar con el cuento catalán de nunca acabar, hay una
solución, la ha dado Risa Diez, aplicar el artículo 155 de
la Constitución, que faculta para suspender las
instituciones autonómicas en caso de deslealtad.
Ya está bien de paños calientes, el Gobierno debe
informarnos a todos los españoles, “sobre las medidas que
piensa adoptar para garantizar la protección del interés
general y el cumplimiento de la legalidad”
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