Los profesionales de la construcción, los arquitectos, en
otros tiempos profesión en auge, reputada en cuanto a
salidas profesionales en plena “burbuja inmobiliaria” ha
llevado a causa de la actual crisis económica y al
“pinchazo” sufrido por la construcción desde 2008, a una
situación crítica a nivel profesional a estos especialistas
básicos para cualquier edificación.
En la actualidad viven los rigores de unas restricciones
económicas y de construcción realmente drásticas. “Si te
digo la verdad -confiesa un importante arquitecto de esta
ciudad, que en otros tiempos podía tener dos o tres obras
simultáneas a su cargo-, llevo seis meses que no rasco
bola”.
En el Colegio de Arquitectos, los visados de obras ya no se
tramitan con la frecuencia y en número como se hacía antes
de la crisis. Ha caído el ritmo y la cuantía de los mismos.
Y éste es un verdadero pulsómetro de la actividad en la
construcción.
Recientemente, un buen número de personal en desempleo se
concentró ante las puertas del Ayuntamiento para reclamar
que se les contrate en las pocas obras que se desarrollan en
nuestra ciudad. Unas obras que, por otra parte, están
pendientes del crédito que no fluye como debiera y que cada
vez es más exigente a la hora de requerir las garantías
necesarias para concederlo.
Algunas obras paradas y otras en fase de terminación, son
los únicos referentes en el sector de la construcción que
tampoco tiene en las viviendas de segunda mano una venta tan
dinámica como para activar el mercado, debido a que otro
factor negativo es que las rehabilitaciones no son tan
profundas como se hacen en la península, y se limitan a un
simple lavado de cara de fachadas y poco más.
Los aruitectos han optado por “abrir otras líneas de
trabajo”, nos dicen que van dirigidas a las certificaciones
energéticas de viviendas que, aún no está implantada en
Ceuta, lo que incide a que todavía no se produzcan las
demandas de servicios para los arquitectos y técnicos; el
sector parece que es reacio a cumplir la normativa a este
respecto.
La inspección técnica de edificios (ITE) es otro campo en el
que derivar el trabajo de los arquitectos en “paro” por la
construcción y que ya debería estar vigente en Ceuta, por lo
que estos profesionales esperan que, en breve, surta efecto,
y la normativa se haga vigente.
Lo que sí es un hecho es que la Consejería de Fomento de la
Ciudad Autónoma de Ceuta, que lidera Susana Román, ya está
manteniendo contacto con el Colegio de Arquitectos de la
ciudad para establecer los mecanismos y normas a poner en
marcha, a fin de llevar a cabo esta normativa que es
obligada y que en Ceuta, de momento, no ha entrado en vigor.
A través de ella, se podrá conocer mediante un informe
técnico si en una vivienda de segunda mano, funciona o no de
manera correcta el agua caliente, si una ventana está
perfectamente ajustada, si hay filtraciones en alguna zona
de la vivienda, si entra aire por algún resquicio, si las
tuberías se encuentran en buen estado o la red eléctrica.
La norma pretende conocer los déficits en una vivienda para
que, al venderse, el comprador tenga todas las garantías
acerca de lo que está adquiriendo y el precio se ajuste a
las calidades de la misma. Se busca obtener unas ciertas
garantías sobre el estado de conservación tanto de edificios
como de viviendas.
Las dificultades del sector de la construcción, no se han
agudizado en Ceuta como en el resto de la península, debido
a que aquí, en nuestra ciudad, es de carácter familiar, por
lo que “no ha habido grandes problemas en empresas
inmobiliarias, ya que han ido capeando el temporal de la
crisis económica y del propio sector de la construcción”.
Los arquitectos viven una situación difícil que sufren en el
anonimato. “Somos -dicen-, un colectivo silencioso que sufre
la crisis de la construcción, ya que hay muy poco trabajo y
nos vemos obligados a dar más (trabajo) por menos dinero”.
Se han visto obligados (convirtiendo la necesidad en virtud)
para subsistir a abrir otras líneas de trabajo: las
certificaciones energéticas de viviendas y las inspecciones
técnicas de edificios, han sido sus salidas profesionales en
la actual situación que requiere medidas alternativas.
Las reparaciones de fachadas o cubiertas de edificios, el
denominado “lavado de cara” es lo que también viene ocupando
laboralmente a los arquitectos, ante la falta de trabajo que
sufren. Una situación de precariedad que no hubiera sido
imaginable hace muy pocos años. La vida también le ha
cambiado a los arquitectos, que son los primeros en desear
salir de la crisis.
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La “dureza” de los bancos aprieta al sector de la
construcción
Como el crédito al promotor fluye
con dificultad o no fluye, se han puesto al descubierto las
extremas exigencias de las entidades financieras para
otorgar hipotecas: propiedad del suelo, como cuestión
esencial para que el promotor pueda acceder a la negociación
de un crédito y contar, al menos, con la firma del 70% de
las viviendas vendidas mediante contrato privado, como
compromiso previo para otorgar créditos a la construcción.
Unas exigencias que datan del año 2009 y que vuelven ahora
por la crisis económica. En los años de esplendor, se
otorgaban créditos por el 100%, incluido el terreno.
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