El Gobierno de Melilla ha solicitado al Ejecutivo central
que inste a Marruecos a cumplir el acuerdo suscrito entre
ambos países para que los menores extranjeros no acompañados
puedan ser repatriados. En rueda de prensa, el presidente de
Melilla, Juan José Imbroda, ha resaltado la difícil
situación que está padeciendo la Ciudad Autónoma, que
mantiene acogidos bajo su tutela a 300 menores extranjeros
no acompañados, la mayoría de ellos marroquíes.
Por ello, ha pedido en un escrito al ministro de Asuntos
Exteriores, José Manuel García-Margallo, el cumplimiento del
convenio de colaboración suscrito entre España y Marruecos
en 2007, que entró en vigor el pasado 2013, seis años
después de ser acordado, tras su publicación en el Boletín
Oficial del Estado.
En opinión de Imbroda, si Marruecos aceptara la repatriación
de sus menores, el conseguir entrar en territorio español ya
no sería un aliciente para ellos. Además, ha sostenido que
los menores deben vivir en su entorno familiar en vez de
pasar varios años en un centro de acogida.
Imbroda ha pedido también un cambio en la Ley de Protección
del Menor del año 1996 para que los menores no sólo tengan
derechos, sino también deberes que cumplir. Ha justificado
esta solicitud en el hecho de que los menores acogidos en
los centros pueden entrar y salir a las horas que ellos
quieran, sin que se les pueda imponer una disciplina como,
por ejemplo, la que puedan tener unos padres sobre sus
hijos.
Según Imbroda, el cambio que reclama en la ley debe permitir
un mayor control y disciplina de los menores que estén
tutelados, para que también se les pueda exigir el
cumplimiento de una serie de obligaciones.
Sin querer criminalizar a todos los menores, el mandatario
autonómico ha señalado que muchos de ellos no quieren
permanecer en el centro y están generando “alarma social”,
ya que algunos son los responsables de muchos de los delitos
por robo y agresiones que se están cometiendo en la ciudad.
Por este motivo, anunció que durante la jornada de ayer se
estaba llevando a cabo una operación por parte de la Guardia
Civil para sacar de sus “escondites” a los menores
extranjeros tutelados que no quieren estar en el centro y
que refugian en distintas zonas de la ciudad autónoma.
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