Ya no me causa sorpresa,
prácticamente, nada, aunque no deje de admirar, bien o mal,
a aquellos que tratan de hacernos ver lo que, en realidad,
no es y en ese grupo están los políticos.
A lo largo del pasado año, como las cuestiones electorales
quedaban lejos, no parecían muy interesados en hacer valer
sus propios hechos, y casi se iban conformando con criticar
lo que hacían sus oponentes.
Ahora, ya es curioso, las cosas parece que van cambiando y
todos nos presentan de color de rosa el futuro que “ellos”
vienen fabricando.
Y aquí volvemos a entrar en lo de siempre y es que no sé de
donde se sacan eso de las mejorías, porque miras la economía
doméstica y sigue como estaba, miras al paro y todo lo que
se atenúa es algo así como si fueran “fuegos artificiales”.
Ves que la luz ha subido, que el tren es más caro, que el
gas también cuesta un poco más ..., en tanto que los sueldos
llevan congelados “la intemerata” y las pensiones casi por
el estilo.
Yo, de momento, todavía no soy pensionista y trabajo sí que
lo tengo, aunque no por agradecimiento o por colaboración de
ninguno de los “barandas” que se dedican a la política o a
lo sindical.
Con esto planteado, ahora sí se empiezan a perfilar unas
elecciones europeas para el mes de mayo y los partidos
comienzan a hacer cuentas de lo que podrán obtener, para
luego más tarde, una vez asentados en la poltrona de Europa,
mirar de soslayo a quienes dieron el voto sin pedir nada a
cambio.
Hasta ahora, las elecciones europeas no eran las más
atractivas para el gran público, pero poco a poco se van
enfocando mejor y ya tenemos, especialmente en el PP,
quienes se quieren postular para salir al extranjero, a
diario, y de rebote lograr con la política lo que no serían
capaces de lograr con su trabajo, en cualquiera de sus
profesiones, si es que tienen alguna profesión, que esa es
otra.
Europa, pues, queda a la vista, está a poco más de cuatro
meses vista y con lo que salga de ahí ya tendremos el
indicador para ver hacia donde se va a poder ir en las
municipales y en las generales.
A mí, puestos a ir a votar, lo que más me gusta es cuando
votas al alcalde, porque lo que salga de ahí es lo que vas a
tener más cerca de ti, cada día y a cada instante.
Mirándolo así, el PP, y me alegro de ello, es el que más se
va a tener que esforzar para primero en las municipales y
luego – aunque para eso quedan muchos meses – en las
generales tratar de volver a sacar otra mayoría absoluta.
Ni que decir tiene que me alegro de que el PP saque todo lo
mejor, pero ya va siendo hora de que se cambien las caras,
porque los “cromos” que hay ahora ya están demasiado vistos
y no serán un atractivo, en la mayor parte de los casos.
Claro está que aquí, a los que van subidos en la “burra” no
hay quien le eche y están olvidando que “muchos años en el
poder es un régimen y los regímenes son malos, tanto los de
derechas, como los de izquierdas.
Las encuestas, todavía, no deben ser muy fiables y ni
siquiera dos días antes estos encuentros suelen dar datos
muy claros, cuanto más, a año y medio de las urnas.
Hoy mismo, tanto los que ocupan cargos importantes, como los
que aspiran a ellos, empiezan a hacer “las maletas” para las
“turnés” que se van a ir dando, por todo el territorio
nacional. Y todos ellos tratan de vender un producto que,
generalmente, no tienen y que no van a tener nunca, porque
incluso cuando estén confeccionados los programas, todos
ellos parten de la idea que, en su día, lanzó el profesor
Tierno Galván :” los programas se hacen para no cumplirse”.
Es el comienzo, pero aún muy lejano.
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