La información que publicamos ayer
en este periódico sobre la situación caótica del Centro de
Salud de Otero, ha tenido una rápida respuesta por parte del
INGESA que ha contratado a dos personas para la atención de
citas previas para los médicos de cabecera y así tratar de
paliar las ausencias por baja, vacaciones y días de asuntos
propios, del personal que habitualmente desempeña este
cometido. Las disculpas que ha pedido el INGESA a los
usuarios por las deficiencias mostradas en este servicio y
la forma rápida de paliarlas, son aceptables aunque no así
que se hubiera dado lugar al caos que provocó la presencia
policial por el desorden público originado por la falta de
previsión en la cobertura de un servicio esencial que se
encontraba en precario.
La atención al usuario ha de ser conforme al nivel de
servicios que se oferta y, además, a unos mínimos niveles de
eficacia. Por ello, no puede aceptarse que haya que soportar
cinco horas de demora para solicitar una cita médica. El
sistema tiene que funcionar por encima de las personas y con
independencia de las circunstancias particulares de cada
uno. No es comprensible la falta de gestión en un momento
puntual y, menos aún, la poca previsión para la cobertura de
unas ausencias justificadas. Se imponía agilizar la
actuación en las citas previas y se va a acometer
organizando un “call center” con tres vías telefónicas a
cargo de la Gerencia.
Por respeto a los usuarios y en aras a un buen servicio, se
hace necesario actuar con diligencia, tal y como se ha hecho
por parte del INGESA, subsanando un déficit de servicio que
resultaba esencial y que era muy concurrido. Si rectificar
es de sabios, el INGESA ha sabido hacerlo a tiempo y merece
este reconocimiento al igual que ayer se le recriminaba.
|