Afortunadamente yo lo pasé en otra
parte, eso que gané, donde se estaba mejor y con más
atenciones, aunque hiciera mucho frío, pero más de un ceutí,
el día 25 del pasado diciembre, tuvo que aguantar ahí,
dormir en el coche y tras 25 horas esperando, por fin, pudo
embarcar para llegar a Ceuta el día 26 a media tarde.
Indignación es lo único que mostraba un ceutí que tenía la
intención de embarcar el día 25 a las dos y media del
mediodía y no lo pudo hacer hasta el día siguiente, sobre
esa hora.
Llegar había llegado hasta el puerto. En esa ida, como otros
muchos, se metió en todo el lío que conformaba la cola que
había.
Avanzar no se podía avanzar ya, retroceder tampoco, porque
no les dejaban. Marcharse y dejar el coche en la estación
marítima no estaba permitido por parte de la policía
portuaria. En fin, una auténtica situación del tercer mundo,
siendo generosos con la situación que se planteó allí.
El barco aquel de las dos y media salió cuando y como pudo.
Más barcos parece que ya no salieron, por lo menos de otras
compañías, y los pasajeros que se iban a dirigir a Ceuta,
mientras tanto, se habían quedado “atrapados” en el
maremagnum que se formó allí.
Y digo que fue un auténtico maremagnum, porque ante unas
condiciones pésimas del mar, con cancelación de salidas de
algunas de las compañías, la que siguió operando, como pudo,
no dio abasto para lo que había allí.
La organización, según me comenta este “aspirante a
pasajero”, allí era de “caos total”. Ni te dejaban volver
hacia atrás, ni había información de cuando y como se iba a
poder embarcar.
Por otro lado, las condiciones sanitarias de los servicios
en la zona de embarque eran más que denunciables. Aquello no
hubiera podido pasar una inspección sanitaria, de ninguna de
las maneras.
Si uno tenía necesidad de buscar un bocadillo o de tomarse
un café tenía que ir hasta la parte “noble” de la estación
marítima, hasta que se cerró, o ir a la propia Algeciras
hasta donde encontrara un bar abierto.
¿Qué se puede hacer en estos casos?. En una situación como
esa, si hay orden y si quieres tener el control de ese
orden, hay que estar preparados para ello y de esa forma se
atenúa la situación. Si, por el contrario, cada uno está a
terminar su turno, en cuanto lo termina se marcha y a los
viajeros que están esperando, que los zurzan.
Esto que se repite, especialmente, con las llegadas de
extranjeros en la OPE, nos da una idea muy clara de que el
puerto puede ser grande, importante, tal vez, pero si no
hay, por detrás, el respaldo para engrandecer más ese
puerto, entonces es como no tener nada.
Porque ahí, el Algeciras, en días como fue el pasado 25 de
diciembre y hay otros muchos más cada año, hay mucha
rotonda, mucha pintura, pero muy mala organización y lo que
es peor, todavía, sin ser capaces de dar la más mínima
información.
No sé si aquí en Ceuta, “los primeros espadas” de la
dirección de la Ciudad o en la misma Delegación del
Gobierno, saben el lío que hubo y lo mal atendidos que
fueron los ceutíes que se encontraban allí, metidos todos en
una situación que no habían buscado y que tuvieron que
soportar.
Ahora, por aquello de que, desde el nuevo año, todo debe
cambiar para mejor, sería conveniente saber si se ha hecho
ya alguna gestión para que no se vuelvan a dar
circunstancias como la del pasado día 25 de diciembre. ¿Qué
se puede hacer desde Ceuta?. Por lo menos denunciar lo que
hubo y esperar a ver si, para una próxima ocasión similar
hay alguien en el puerto que esté más preparado o tenga más
luces para evitar estas desagradables situaciones.
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