Un segundo informe de la Interventora accidental, alude a
que “los cálculos de la carga financiera se practicaran
teniendo en cuenta los datos consolidados, tanto a lo
concerniente a la deuda como a los ingresos, y sin computar
la afectación de la financiación del Campus universitario,
la carga financiera consolidada se situaría en el 15,79%”,
resultante de la anualidad teórica de préstamos/derechos
corrientes consolidados.
El informe emitido por el Tesorero con fecha 30 de diciembre
“puede considerarse que el tipo de interés ofertado en esta
refinanciación (aproximadamente el 5%) es acorde con las
condiciones actuales del mercado, dado que practicamente
coincide con el que rige la última operación del Plan de
Pago a Proveedores habilitado por el Gobierno de la nación (Euribor
trimestral+ 5,25%).
El tesorero accidental, Emilio Lozano, al valorar los
“costes de la refinanciación de préstamos con el BBVA”
recoge que el sobrecoste que supone para esta Administración
es de 3.721.544,05 millones de euros por los intereses
devengados en esta refinanciación a largo plazo”, algo que
criticó la coalición Caballas el pasado martes.
Con esta operación, “se pretende modificar las condiciones
de algunas de las operaciones de crédito en curso de largo
plazo, de manera que parte de las cantidades que la Ciudad
de Ceuta debería satisfacer en los ejercicios
presupuestarios de 2014 y 2015, se pospongan para futuros
ejercicios”.
Un síntoma evidente que, dada la carencia de dos años
solicitada al BBVA, supone que se quiere aligerar la carga
financiera para éste año y el siguiente, en los que
únicamente se pagarán intereses.
Tres de los préstamos que se van a refinanciar, tenían
vencimiento para el próximo año (marzo y julio) y bien es
verdad que, con un tipo de interés muchísimo más bajo (eran
otros tiempos, ya que se suscribieron en 2005 y 2009),
porque se pagaba el Euribor+0,065 en un caso y Euribor+0,045
en otro y Euribor+1,730 en otro.
Tres de los préstamos que se refinancian devengan tipos de
interés variable y los dos restantes, aunque también tienen
un tipo variable, pero los contratos contienen una cláusula
por la que se aplica un derivado implícito que los convierte
en tipo fijo.
En cuanto al estudio sobre la carga financiera abtes y
después de la refinanciación, Susana García Martín, como
interventora accidental y José Diestro Gómez como
Coordinador de Financiación de los Servicios Regionales de
tributos, Economía y Finanzas, exponen que antes, la carga
financiera era del 16,96% y después de la refinanciación es
del 15,79% con una diferencia en menos de 1,17%, teniendo en
cuenta para la valoración que la anualidad teórica de
amortización es la de 2014 y los ingresos consolidados los
de 2012, última liquidación aprobada.
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