Ya no se puede calificar como caos, ya que en mucho ha
superado esta palabra lo sucedido ayer en el paso fronterizo
del Tarajal.
Colas de más de dos kilómetros para poder acceder al vecino
país y muchos porteadores, que llenaban prácticamente toda
la zona de la rotonda de el paso fronterizo.
Pero quizá para poder entender el asunto habría que separar
con claridad los problemas. Una cosa es lo que sucede con
los porteadores y otra, muy distinta, es lo que sucede con
la entrada de vehículos en Marruecos.
Ayer, tanto un asunto como otro provocaron que el colapso de
toda la zona fuese monumental, como, según dijo un vecino de
la zona, “en muchos años no había visto”. “Eran miles las
personas las que ayer abarrotaron todo esto”.
El problema con el paso de mercancías no es nada nuevo, ya
que como confesó un porteador la intermitencia de paso
impuesto por Marruecos por el Biutz provoca que sean pocas
la horas en las que se pueden pasar mercancías, máxime
cuando es imposible, en muchas ocasiones, que en ese periodo
de tiempo puedan acceder con los bultos ni la mitad de las
personas que usan sus espaldas como bateas de carga para
trasladar las mercancías de un lado a otro de la frontera,
dentro de un comercio singular pero que está totalmente
aceptado tanto por España como por Marruecos. Ayer, en el
paso fronterizo hubo de todo. Fuerzas de Seguridad
desbordadas, miles de porteadores intentando acceder con sus
mercancías, retiradas de mucha de ésta por parte de la
Guardia Civil e, incluso, hubo momentos, según testigos
presenciales, que los agentes en que no dejaban pasar por la
frontera ni las compras realizadas por ciudadanos marroquíes
en Ceuta con motivo de las rebajas. Un verdadero disparate,
El problema del paso de vehículos es algo distinto y se
origina hace menos de un mes, cuando las autoridades
marroquíes comienzan a revisar toda la documentación de los
coches que intentan acceder a su país.
Se da la circunstancia que ahora los funcionarios del vecino
país están poniendo más celo en el cumplimiento de su
trabajo, sobre todo en el control del paso de fronteras.
Para entrar en Marruecos hay que presentar el pasaporte y
aparte rellenar un documento en el que se hace constar los
datos personales de los viajeros en el vehículo,
posteriormente y tras las oportunas verificaciones, se sella
el pasaporte, que luego llega a las manos de otro
funcionario que comprueba que el pasaporte está sellado,
pudiendo acceder.
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