PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 5 DE ENERO DE 2014

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 30.

Se ha dicho hasta la saciedad que como espectador casi nunca hay gozo en las competiciones si no existe una identificación emocional con el deportista o con el equipo. Pues bien, dado que yo sigo convencido de que José Mourinho es un extraordinario entrenador, muy por encima de la mayoría, desde que empezó la Premier League, veo todos los partidos del Chelsea con enorme entusiasmo. Y, desde luego, me alegro de sus triunfos y hasta suelo cabrearme con sus derrotas. Semejante interés por el equipo entrenado por Mourinho, me ha venido muy bien para disfrutar del fútbol inglés. De modo que durante las fiestas navideñas me lo estoy pasando bomba. Ya que estoy viendo partidos extraordinarios. El último, celebrado en Stamford Bridge (que así se llama el estadio de los “blues”), fue frente al Liverpool. Y a fe que el partido respondió a todas las expectativas que se habían creado debido al buen momento que atraviesan los dos equipos y a que ambos luchan denodadamente por el título. El Chelsea, tras momentos dubitativos, demostró que ya está en condiciones de competir evidenciando el carácter de su técnico. Lo cual no deja de ser garantía de éxito. Dos apuntes: los brasileños que juegan en el Chelsea van a llegar al Mundial convertidos en mejores futbolistas. Ramires, Oscar, David Luiz y William saben ya que jugar bien y correr hasta la extenuación es posible. Hazard, jugador belga, será una de las grandes revelaciones del certamen futbolístico brasileño. Ah, se me olvidaba: Azpilicueta es titular con Mourinho. Pese a que es español…

Martes. 31

Sí, ya sé que no es la primera vez que lo digo. Y, por tanto, que me pueden acusar de redoblar el tambor. Pero, debido a que hay 1.661 sumarios de corrupción política, creo que la insistencia se impone: La política atrae a los sinvergüenzas como la miel a las moscas porque la política es poder, y el poder dinero, que es lo que buscan esos… Los políticos honrados, que también los hay, tienen que tener mucho cuidado con las amistades. Hay corrupción porque la gente tiene la razonable seguridad de que no será perseguida. En la democracia el voto es la única forma de limpiar la basura política. No existen más armas. Ya que un Gobierno que olvida que su mandato proviene del pueblo no debe sobrevivir.

Miércoles. 1

Veo a Quico Martel tocando el piano en Radio Televisión Ceuta. Y los recuerdos afloran. Año 1982: Quico, durante una tarde de invierno lluviosa, decide sentarse al piano del Hotel La Muralla. Suenan en el establecimiento las notas de “Angelitos Negros”. Mi compañero de barra, en esos momentos, es Martín: notario muy conocido en la ciudad a quien, no hacía mucho tiempo, se le había ahogado un hijo en la piscina del chalé de un político local. Un niño empezando a vivir. La canción ayuda a que el desconsuelo habido en Martín se manifieste y no duda en empinar el codo. A mí, poco acostumbrado a beber, y mucho menos a beber güisqui, me da por secundar al amigo y, cuando quiero darme cuenta, estoy ya con una buena melopea. Quico tampoco perdona su ración de escocés. Es viernes y al día siguiente yo tengo que viajar con la Agrupación Deportiva Ceuta para enfrentarnos al CD Badajoz en el Vivero. A Jesús Carretero, que ya entonces escribía comentarios y crónicas futbolísticas, se le ocurrió publicar que el entrenador del primer equipo de la ciudad había cogido una curda monumental. Y que veía complicado que yo pudiera viajar a Extremadura. Viajé. Y además el equipo jugó un pésimo partido en tierras extremeñas. Carretero, eso sí, cumplió con su obligación.

Jueves 2.

Me llama un amigo para felicitarme por llamarme Manolo y pegamos la hebra con la misma facilidad como capaces somos también de hacer que nos cunda. Comenzamos a charlar de fútbol. Y lo primero que se me ocurre decirle es si está viendo la Premier League. Y me dice que no. Y yo le contesto, sabiendo que él se pirra por el deporte rey, que no sabe lo que se está perdiendo de una Competición en la cual han sido capaces los equipos de jugar tres partidos en seis días. Dejamos el fútbol y entramos en una charla política. La empieza él sacando a relucir a Juan Vivas: “Nuestro alcalde, como tú sueles decir al referirte a él, parece que tiene la intención de perpetuarse en el poder, ¿no te parece, Manolo?”. Pues claro que sí, amigo. Y te diré por qué: “Durar, permanecer, perpetuarse, eso es el poder. Superar los avatares de la historia y seguir siempre ahí, como el dinosaurio de Monterroso al despertar, sucediéndose a sí mismo”. “Bien, responde él, pero de ahí la bondad intrínseca de la democracia: todos sus vicios son perdonados porque es una atenuación, un poder mitigado por contrapesos y límites que alcanza su momento de gloria en la alternancia. Todo antes que una dictadura, donde sólo existen pastores y ovejas”. Llevas razón, le contesto, pero sin exagerar en la proclamación del beneficio y de la pureza de los votos. Y Me explico: En la dictadura lucen los déspotas, pero en la democracia a veces ejercen, cuando la soberanía popular escora a un lado o a otro en las urnas. Ejemplo hay.

Viernes. 3

Entre ayer y hoy he vuelto a leer El cuaderno gris de Josep Pla, uno de los más grandes prosistas del siglo pasado, y he espigado el siguiente párrafo: “Ahora, cuando dentro del aire flota esta cosa indescriptible, humanamente tierna, íntima de las fiestas de Navidad, me obsesiona la sequedad del corazón, el desarraigo, la esterilidad sentimental. Es una gran esterilidad que me alarma porque debe formar parte de la propia naturaleza íntima. No siento el más leve impulso de adorar nada. Mi sensibilidad social es negligente, escasa. Oigo que la familia habla con entusiasmo, de la misa del gallo. No consigo interesarme. Es objetivamente desagradable no sentir ninguna ilusión, nada más sentir esta secreta y diabólica manía de escribir –con tan poco resultado-, a la cual sacrifico todo, a la cual probablemente sacrificaré todo en la vida: Me pregunto: ¿qué es preferible: un pasar mediocre, alegre y conformado o una obsesión como ésta, apasionada, tensa, obsesionante?”

Sábado. 4

Caminata matinal con mi perro. Lo hago con reservas, puesto que unas molestias en la garganta me han tenido ayer recluido en mi casa. Y ya se sabe que cualquier minucia en la garganta es capaz de derribar a un elefante. Me encuentro con el conocido de turno, a quien hace varias semanas que no he visto. Y lo primero que se le ocurre, tras las felicitaciones de rigor, es recordarme lo bien que estoy todavía. Pese a mis 74 años. Pues mi conocido, desde que un día le dije que nací en el 39 y que soy sagitario, se sabe de memoria los años que cumplo cada diciembre. El problema no es que sacara a relucir mi edad, sino la fuerza que puso en el todavía. Ya que uno, como le oí decir un día a Curro Romero, sabe perfectamente lo malita que es la hora de los “todavía” y del “qué bien estás”. Porque es el momento en que uno echa de menos la juventud. Aunque uno se sienta joven. Todavía.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto