La llegada por mar de inmigrantes irregulares se ha
estancado este año, según datos oficiales que también
reflejan, una mayor presión migratoria en los puestos
fronterizos de Ceuta y Melilla, donde ha habido un
importante repunte.
En lo que va de año, los agentes de la Guardia Civil han
interceptado a poco más de 4.370 inmigrantes que pretendían
entrar irregularmente en España por Granada, Málaga,
Algeciras, Cádiz, Huelva, Almería, Ceuta, Melilla, Tenerife,
Las Palmas, Alicante, Murcia y Baleares.
Una cifra que es prácticamente similar al número de
inmigrantes irregulares interceptados por la Guardia Civil
en esos mismos puestos durante todo 2012, cuando alcanzaron
los 4.381, de los que 590 fueron marroquíes (en 2013 han
sido 496), 1.115 argelinos (629 en lo que va de año), 2.660
subsaharianos (3.228 este año) y 16 del resto de países.
Aumentos
Aunque las cifras globales son muy similares a las de 2012,
sí se ha registrado un repunte en la entrada por el Estrecho
(Algeciras) y por los perímetros fronterizos de Ceuta y
Melilla, tal y como explica el teniente coronel Eduardo
Lobo, del Centro Nacional de Coordinación para la Vigilancia
Marítima de Costas y Fronteras, instalado en la sede de la
Dirección General de la Guardia Civil.
De hecho, mientras que en todo el año pasado se
interceptaron en Algeciras 1.062 inmigrantes, hasta el 23 de
diciembre de este ejercicio la cifra era de 1.137 (un alza
del 7%).
Mientras, la Guardia Civil localizó en 2012 en las entradas
por mar y tierra de Ceuta y Melilla a 1.014 inmigrantes que
querían pasar a la península, frente a los 1.667 de este
año, lo que supone un incremento del 64%.
También en Canarias ha aumentado el número y ha pasado de
176 a 197.
Descensos
Como subraya el teniente coronel, frente a este incremento
la llegada de inmigrantes al sureste del país (a Almería
fundamentalmente) ha experimentado un notable descenso,
gracias sobre todo a la colaboración de Argelia y de
Marruecos.
Si el año pasado la Guardia Civil interceptó en Almería a
906 inmigrantes, este año han sido 667, un 26% menos.
Respecto a Granada, el descenso ha sido de 774 a 503 ( un 35
% menos).
Básicamente, dice Eduardo Lobo, los “modus operandi” de
entrada no han variado este año y los inmigrantes siguen
optando por embarcaciones pequeñas, tipo “Toy” o de juguete,
con el consiguiente peligro para sus vidas.
Eurosur
Y para evitar catástrofes y la pérdida de vidas humanas en
el mar, la Guardia Civil se ha sumado desde el pasado día 2
al proyecto comunitario de Eurosur y ha centralizado en el
citado centro de coordinación el control de las costas para
la detección de embarcaciones irregulares, tanto de
inmigrantes como las dedicadas al transporte de drogas.
Eurosur, el sistema europeo de vigilancia de fronteras,
comenzó ese día sus operaciones para coordinar la respuesta
de las fuerzas de seguridad continentales ante la
inmigración irregular y la criminalidad organizada.
Lobo explica que los 19 estados de la UE actualmente
conectados más la agencia europea Frontex (el 1 de diciembre
de 2014 se incorporarán el resto de los países comunitarios
hasta completar los 28) intercambian la información en
tiempo real de todos los incidentes que se produzcan en las
aguas territoriales y en las costas.
Sistema de vigilancia
En el caso de España, los sensores del Sistema Integral de
Vigilancia Exterior (SIVE) que la Guardia Civil tiene
instalados a lo largo de la costa trasmiten a los puestos
territoriales del instituto armado y al centro de
coordinación todas las incidencias, que se reflejan en un
mapa y con unos símbolos concretos que determinan el tipo de
incidencia.
Cuando se detecta una embarcación, incluso por la noche
gracias a las cámaras térmicas, inmediatamente las
patrulleras de la Guardia Civil se ponen en marcha para su
interceptación y auxilio.
Todas las patrullas de la Guardia Civil, tanto marítimas
como terrestres, tienen una baliza de posicionamiento, de
tal manera que desde el centro de control se puede conocer
su puesto de origen y hacia donde se dirigen.
“De un solo vistazo se comprueba la situación de las
fronteras exteriores de la Unión Europea”, subraya Lobo,
quien asegura que en la actualidad, tal y como se observa en
el mapa, la mayor presión migratoria está en el zona sur de
Italia, en concreto en Lampedusa hacia el sur de Sicilia, y
en el sur de la Península Ibérica.
El hecho de que se trasmita la información en tiempo real
permite, según explica Lobo, alertar a los otros países de
que una embarcación, bien con inmigrantes o con droga, se
dirige a su territorio y, por tanto, puede adoptar las
medidas pertinentes.
Aunque Eurosur lleva en funcionamiento poco tiempo, el
teniente coronel resalta la importancia de este sistema
porque permite el intercambio de inteligencia entre países
y, con ello, conocer los “modus operandi” de las redes de
inmigrantes o de narcotráfico, detectar los riesgos y
diseñar estrategias.
Un centro el de la Guardia Civil pionero y que ya han
visitado los ministros de Interior de Italia y Francia.
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