El recurso que desarrollamos hoy en nuestras páginas es la
consecuencia fehaciente de cómo el Gobierno de Vivas no cesa
de provocar crispación. A diestro y a siniestro. Dos
funcionarias han puesto sobre la mesa un recurso que sitúa
la improcedencia de integración en bloque, basada en una
amplia jurisprudencia aportada.
Se descarta la posibilidad de integración en bloque o de
plano del personal laboral en el empleo público, lo que
conlleva de facto, un nuevo conflicto: enfrentar intereses
contrapuestos de funcionarios y personal laboral. Una
“guerra” que no es buena para el normal desarrollo de las
labores profesionales de unos y otros, ya que se acaba de
originar un enfrentamiento cuyo único culpable por ser el
generador del mismo, es el Ejecutivo de Juan Vivas, que ha
enfrentado con su gestión a un sector de los empleados
públicos con otros. Este desencadenante, ni a propósito,
hubiera salido tan mal como finalmente se produce. En el
colmo del despropósito y la torpeza, este Gobierno es capaz
de enfrentar a todo el mundo con sus prácticas embarulladas.
En definitiva, lo que subyace en todo este entramado no es
más que una gestión nefasta, ineficaz y realmente complicada
de un Gobierno que es especialista en buscarse enemigos por
todos sitios. Y para rizar el rizo, ahora, traslada sus
desastrosas actuaciones al punto neurálgico de la
Administración: a sus propios empleados públicos a quienes
enfrenta entre sí.
Resulta obvio que el recurso de las dos funcionarias, poca o
ninguna gracia le hace al personal laboral, mientras es
festejado y aplaudido por los funcionarios de la Casa,
provocando un ambiente crispado en la Administración es lo
menos propicio para un Gobierno y, muchísimo menos, para el
ciudadano que quiere resolución de problemas y no que se le
creen más con un personal descontento.
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