Querido Juan Jesús Vivas, antes
que nada espero que me perdones por esta Nota y por
dirigirme, precisamente, al amigo, que no al presidente.
Me conoces lo suficiente para saber que me cuesta mucho
morderme la mano, en vez de la lengua, que es con la que me
expreso aquí.
Me dirijo a ti como militante, de alcurnia, del PP y yo como
ciudadano aquejado y cansado de la falta de sinceridad de
nuestro Gobierno, de su tremenda hipocresía y de su total
incumplimiento de las promesas que hizo colar al pueblo
español.
No me quejo de que algunos políticos intenten entrar en el
Club de los Nuevos Ricos siempre que no abusen de su poder e
intenten entrar en el de los Nuevos Multimillonarios.
Como miembro del PP que eres, y uno de los más apreciados,
ignoro si dispones de suficiente poder para vetar algunas
decisiones en el eterno juego liberal de abarcar mucho y
conceder poco.
Me quejo amargamente de las promesas electorales del PP,
aunque sé que eso forma parte del juego, que prometieron el
moro y el oro y solo dan ‘caca’ una vez que han sido
elegidos.
Con la excusa de la crisis, terrorífica palabra para el
resto de ciudadanos inventada por los lobbies financieros,
no hay día que no sume un abuso más en materia económica y
con el cuento del déficit tengamos que asumir, a nuestra
vez, que hay que alimentar a la banca y a los empresarios y
no al resto de los ciudadanos, menos aún a quienes buscan
comida en la basura, que ya son demasiados.
El maquiavelismo, en sus dos acepciones, de nuestro Gobierno
ha llegado a un punto de ebullición que no me extrañaría una
contundente respuesta por quienes se sienten tremendamente
engañados y que acaban de recibir el golpe de gracia con ese
juego de la electricidad.
Sabes muy bien que tu partido, bueno los que están en el
Gobierno, saben perfectamente las consecuencias de sus actos
y obras… por eso, precavidos que son, adquieren tanques de
agua para reprimir, aún más, a los ciudadanos. Aquí entra
llanamente la segunda acepción de maquiavelismo.
Nunca he dudado, ni dudaré, de tu honradez; de tu plena
dedicación al ciudadano, nuestros paisanos, ni de que tus
objetivos sean magníficas expresiones para la grandeza de
nuestra ciudad, eso que quede claro. Pero…
Tus compañeros han hundido el Estado del Bienestar; han
hecho cisco muchas ilusiones infantiles de alcanzar un grado
de educación que les lleve a una posición digna, más que
digna, dentro del mundo laboral; han metido el miedo en los
trabajadores, convirtiéndolos poco menos que en esclavos del
poder empresarial; han perjudicado notablemente a quienes
dieron lo mejor de su vida por mejorar la del país con su
esfuerzo de trabajo y soslayando humillaciones para acabar,
ilusos, en una vejez tranquila y sin sobresaltos,
arruinándolos de paso con esas medidas sanitarias tan
crueles.
Han frustado las ilusiones de cientos de miles de
pensionistas de viajar, cosa que no pudieron hacer el en
pasado, con el IMSERSO, o como se llame, al tener que
dedicar sus míseras y amenazadas pensiones a alimentar al
resto de sus descendientes en paro.
Todo lo que estamos viviendo hoy y ahora, todo lo que
configura esa crisis que no mencionáis pero que siempre
estáis pregonando, es fruto de ese furor maniático de
privatizar hasta las instituciones oficiales.
¿De qué viviréis en un futuro? ¿De las emisiones de deudas?,
porque no veo claro que los ciudadanos puedan sufragar
vuestros gastos si seguís esa senda catastrófica.
Ya está bien, Juan Luis, haz algo por todos los ciudadanos
de este país, sometido a una invasión simulada y diferida,
no por un ejército sino por los lobbies financieros
convertidos en buitres insaciables.
Ojalá fueras el Mandela español.
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