El próximo mes de mayo van a
celebrarse elecciones europeas y ya están a la gresca los
futuros/as candidatos/tas por las prebendas y ventajas
económicas que les ofrece su participación como
parlamentarios europeos. ¿Se va a convertir este Parlamento
Europeo en lo que ha sido dado en llamar un cementerio de
elefantes?.
Pues sí. Véase si no algunos candidatos que pensamos van a
auto nominarse, o están haciendo cola, pertenecientes a las
dos principales formaciones políticas del país: Alexis Vidal
Cuadra, Javier Arenas, Ángel Acebes, Alfonso Alonso, Jaime
Mayor Oreja, Ana Mato, Celia Villalobos, etc., por el
Partido Popular y José María Barreda, Ramón Jáuregui,
Trinidad Jiménez, Manuel Chaves, José Blanco, Magdalena
Álvarez, y otros por el PSOE. O sea, desechos parlamentarios
nacionales que poco o nada tienen ya que hacer en la
política de nuestro país y que quieren cobijarse al abrigo
de las prebendas y ventajas económicas que les ofrece el
Parlamento Europeo. Así vemos como dispondrán de un sueldo
de 7.665.31 euros mensuales, 300 euros diarios para “gastos
de bolsillo”, subvenciones por vivienda o dietas por
desplazamientos (se ha comprobado que algunos diputados han
cobrado la dieta por asistencia a los plenos con solo
permanecer media hora en el mismo, o la justificación de
algunos parlamentarios franceses que han acreditado
residencia en territorios de ultramar para percibir dietas y
viáticos desde tan lejanas residencias), pensión oficial por
jubilación a los 63 años , gastos para asesores aunque sean
sus esposas, hijos, primos o cuñados, gastos generales sin
tener que justificar y otras prebendas. Es, pues, un chollo
sacarse la credencial de diputado en el Parlamento Europeo.
Y todos, o la mayoría de los que vayan a pertenecer al
mismo, serán supervivientes de la crisis económica que
atraviesan los 27 países que lo conforman, salvo algunas
excepciones, a los que, la mayoría, han pertenecido como
gobernantes. O sea, que no supieron corregir las
deficiencias económicas de sus países y ahora nos vienen con
la milonga de que van a enmendar o distribuir adecuadamente
las de sus países europeos. Claro que para eso está el
electorado, ya situado en las elecciones de 2009 en un 43 %
del censo y, en las próximas de mayo, veremos si el
porcentaje de votantes, hastiado de tanto político vano,
supera este 43 % o si, por el contrario, contemplando
sesiones con los escaños vacíos o los pocos resultados de
sus actuaciones, decidan irse, si el tiempo les acompaña, a
darse un paseíto por la playa o llevar a cabo una excursión
por la montaña.
|