Es la marcha del PP, a todos los
niveles, que va sacando, con sus mayorías absolutas, todo lo
que propone, pero que va dejando tantos “cadáveres” en el
camino que, en cuanto pierda esas mayorías absolutas, está
condenado a que nadie se tome en serio pactar con él nada.
Y esto se da a nivel nacional pero, también, se viene dando,
a cada instante, a nivel local, la última vez ahora mismo,
en la aprobación de los presupuestos que han denominado de
la “estabilidad”, un término que cuadrará para esos que los
aprobaron, pero que no parece que se consideraran tales por
la oposición, que está yendo a los plenos como cualquier
predicador que se asiente en el desierto.
Y al hablar de estabilidad, no sé como conjuga esa cuestión
el Gobierno de Ceuta, si dedica la tercera parte a hacer
frente a los gastos de personal.
Aquí puede estar el problema de Ceuta, en parte planteado
por los que gobiernan hoy, y otra parte, grande también,
dejada por los que gobernaron antes.
No se puede dar estabilidad de ningún tipo cuando una
tercera parte se tiene que dedicar a pagar al personal que
“trabaja” o “depende” del Ayuntamiento.
Y como con una mayoría absoluta se puede ir a donde cada uno
quiera, o se puede hacer un “corte de manga” a quien no esté
de acuerdo, por eso, precisamente, el consejero –eso de
consejero suena a música celestial y pesa más que lo de
concejal- Emilio Carreira aseguró que “se puede decir que no
nos gusta, pero es lo que nos ha tocado vivir”.
Naturalmente, y en esa “lotería” en que él, precisamente
ahora y no hace tres o cuatro años, está le puede parecer
bien a alguien, pero a otros muchos no. Y no hace falta dar
nombres para saber con quien o quienes no hubiera vuelto a
tocar un cargo como el que ahora mismo ostenta.
Carreira defendió lo que hay, aunque para otros sea
indefendible, y hablaba de un “momento complicado para
Ceuta, al igual que está pasando en el resto de España”.
En la bancada de la oposición no estaban muy conformes con
estos planteamientos y con lo que van a ser los presupuestos
conformados y aprobados por el PP y, sobre esos
presupuestos, José Antonio Carracao se dirigía al PP en unos
términos que si no son exactos sí que son un reflejo de la
propia realidad:”han hecho del endeudamiento su forma de
hacer política”. Y no creo yo que siempre que uno se endeude
sea malo, si esa deuda lleva hechos que redunden
positivamente, cara al futuro, para la Ciudad. Lo malo es
que endeudarse, porque se han metido “con calzador” docenas
de enchufados, en despachos que no existen o que se han
creado para ellos, sin que fueran necesarios, es un problema
peliagudo.
Ante estas dos actitudes del PP en el poder y del PSOE, en
la oposición, faltaba la “tercera pata del banco”, Caballas,
que tampoco acepta de buen grado la forma de actuar el
partido que tiene el mando. Por eso, Caballas trataba de
demostrar que “otra forma de gobernar es posible con los
recursos de la Ciudad”.
Y como para ciertos miembros de la oposición no todo lo que
hay, en torno al Ayuntamiento, es claro, sería el propio
Mohamed Alí el que se manifestaba en unos términos muy
claros, al decir:”el Gobierno parece estar secuestrado por
determinadas empresas de esta ciudad”.
A partir de aquí que cada uno vaya sacando sus propias
conclusiones y el PP que se vaya dando cuenta de que estos
presupuestos los ha sacado adelante, los de 2015 también los
sacará por las mismas razones que sacó estos, pero los de
2016, si sigue con mayoría, pero no absoluta, no los podrá
sacar porque nadie pactará con ellos. Eso es lo que le
aguarda a este PP que parece estar por encima de todos los
cielos.
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