En los últimos meses he compartido
con los lectores de este medio de comunicación mis humildes
reflexiones argumentadas en sólidos principios ideológicos.
Una labor compleja, comprometida y respetuosa, que algunos
no han sabido digerir y otros, no han sabido valorar en su
justa medida, pero que me han situado en el disparadero
mediático. Unas circunstancias adversas que me llevarán a
recapacitar respecto a la idoneidad de continuar
desarrollando este cometido cuando se aproximan unas fechas
caracterizadas por los buenos propósitos.
A pesar de todo ello, y como de bien nacido es ser
agradecido, no quisiera desaprovechar la ocasión de expresar
públicamente a través de estas breves líneas mi más sincero
agradecimiento tanto, a la dirección de este medio de
comunicación como, a todos sus trabajadores al permitirme
acompañarles en sus labores diarias, facilitándome en todo
momento el poder acudir puntualmente a mis citas semanales
con todos ustedes, los lectores de El Pueblo de Ceuta, los
verdaderos protagonistas en una actividad tan gratificante
como la comunicación.
Sin duda alguna, hoy no encontrarán alabanzas políticas en
mis palabras, pero tampoco críticas, tan solo encontrarán
sentimientos argumentados en hechos concretos en vísperas de
unas fiestas que ensalzan la amistad, la lealtad, el amor,
la solidaridad, la paz o la concordia. En definitiva, hoy,
vísperas de unas fechas tan señaladas para el cristianismo,
finalizaré la que podría ser mi última colaboración
compartiendo con todos ustedes mis mejores deseos de paz y
felicidad, sean cuales sean sus credos religiosos, sean
cuales sean sus creencias ideológicas. Felices Fiestas y
próspero año nuevo.
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