En respuesta a una pregunta de la senadora socialista Maru
Menéndez ayer en el Senado, la ministra de Sanidad, Ana
Mato, ha defendido que los contratos de asesoramiento sobre
gestión clínica de los hospitales de Ceuta y Melilla se
adjudicaron, tras varias reuniones de la mesa de
contratación, “a la mejor oferta en términos económicos y
técnicos”, en un proceso que ha sido “impecable” según
reflejan los informes preceptivos. Con esta asistencia
técnica, adjudicada a dos empresas distintas, se implantará
la gestión clínica en Ceuta y en Melilla, como se está
haciendo en otras autonomías, y la gestión seguirá siendo
pública, ha recalcado Mato.
La senadora socialista por Madrid ha reprochado que el
trabajo de consultoría sobre la gestión clínica del Hospital
de Melilla se adjudicara a Business Assessment Plans and
Projects Healthcare (BAPP), empresa presidida por Lamela,
que fue consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid
durante el gobierno de Esperanza Aguirre. A su juicio, tanto
Lamela como el también exconsejero madrileño de Sanidad Juan
José Güemes, son “claros referentes” del fenómeno de la
“puerta giratoria” entre la administración y la empresa
privada, al igual que el ex secretario general de Sanidad de
Castilla-La Mancha, que “adjudicó contratos por valor de 36
millones a Clece, y ha sido contratado por esa empresa nada
más cesar en el cargo”.
Menéndez ha afirmado que Lamela y Güemes impulsaron
“cuestionadas medidas de privatización a favor de ciertas
empresas; ambos están imputados penalmente por cohecho y
prevaricación, y tras cesar en sus cargos emprenden
actividades mercantiles relacionadas con la sanidad en
empresas a las que habían favorecido”.
La ministra de Sanidad, Ana Mato, ha dicho que se adjudicó
un contrato del hospital de Melilla a la empresa BAPP, del
exconsejero madrileño Manuel Lamela, porque cumplía “todos
los requisitos”, mientras que la senadora socialista Maru
Menéndez lo ha tachado de un “caso clarísimo de tráfico de
influencias”.
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