Estamos llegando al final de un
año que comenzó con muchos problemas, especialmente
económicos, y está terminando sin que se haya solucionado
nada de lo que estaba fatal, a principios de enero.
El año no lo podemos considerar de otra forma, ha sido
negativo, en todo, y ni siquiera el fútbol ha sido capaz de
enmascarar otros problemas, con lo que en enero las cosas
iban mal y cuando hemos llegado a diciembre no se ha
restablecido la situación.
Y es que nadie creía, hace dos años por estas fechas, que
Mariano Rajoy pudiera hacer milagros y mucho menos volver a
la multiplicación de los panes y los peces, pero con dos
años en la presidencia del Gobierno no haber atenuado el
paro, por ejemplo, indica que o él se equivocó al
nombrarlos, o los ministros que han “tocado” la economía son
unos inútiles. Me quedo con esto último.
¿Cómo se presenta el año venidero?. En teoría, luego la
práctica ya veremos qué nos dice, debiera ser mejor, y no es
que yo me crea nada de eso de los “brotes verdes”, que dijo
en su día Zapatero, y que éstos no sé de qué color los van a
disfrazar, pero va siendo hora de que la situación varíe un
poquito, ya veremos en qué dirección, pero variar tendrá que
variar.
En el año que está terminando, coger por la mañana la prensa
es algo como anticiparse a leer el capítulo de sucesos con
empresas que cierran, han cerrado o van a cerrar, con
familias que tienen que recurrir a Cáritas o a otras
instituciones benéficas, con sospechas de cambiar la sanidad
pública por sanidad privada ..., esto es inaguantable y eso
sí, los coches oficiales siguen funcionando, incluso para
politiquillos de medio pelo, desde Ávila a Barco de Ávila,
regreso otras dos veces.
¿Qué es lo positivo que se perfila para el año que va a
comenzar?. Ya es lamentable que tengamos que recurrir al
fútbol, otra vez, y como este año hay, de nuevo, Mundial, en
muchos casos, aunque sea pasando hambre, hay quien piensa
que tendremos la satisfacción de volver a ser Campeones del
Mundo. Ya es lamentable tener que conformarse con tan poca
cosa, cuando hay quienes al despertarse, por la mañana, no
saben si podrán desayunar algo y mucho menos si van a poder
comer cuando llegue el mediodía. Es la auténtica realidad.
Mi generación, que sabe lo que es pasar necesidades, allá
por los comienzos de los años 50 del pasado siglo, tenemos
dificultades para poder asimilar lo que tenemos y lo que
hemos tenido, en este año, que está a punto de concluir.
Y es que las necesidades de los años 50 eran necesidades
para todos, porque no había casi nada, porque teníamos todas
las puertas cerradas, pero la situación que estamos pasando
ahora, en el mundo de la globalización, y cuando se había
levantado el país, con el esfuerzo de todos, no es
explicable más que por haber tenido y por seguir teniendo
unos gobernantes que son y han sido unos manirrotos, por
haber mirado para ellos, especialmente, y por haberse
llevado, podríamos poner cientos o miles de ejemplos, lo que
no era suyo, lo que pertenecía a todos los demás, sin que
hubiera un solo ejemplo de una sanción ejemplar, para alguno
de aquellos que tiró de lo de todos y se hizo rico, a costa
del cargo, no del trabajo personal.
Pues bien, así y con lo que caiga hasta el día 31,
despedimos el año 2013, como un año de infausto recuerdo.
|