El diputado nacional del Partido Popular por Ceuta,
Francisco Márquez, participó ayer en una mesa redonda sobre
las Puertas del Sur de Europa, organizada en la Conferencia
Anual de la Abogacía y que contó con la participación del
presidente de la Subcomisión de Extranjería del Consejo
General de la Abogacía Española, Pascual Aguelo; la miembro
de Migreurope Sara Prestianni, y Francesca Vietti,
representante de Cruz Roja Italia con sede en Lampedusa.
En la mesa, que fue moderada por el periodista Nicolás
Castellano, el diputado del PP y miembro de la Comisión de
Interior en el Congreso, explicó que el objetivo de libertad
de movimiento no puede conseguirse sin que los países de
origen de la migración “hayan pasado por un proceso” similar
al que derivó en la creación de un espacio común en la UE.
Para Francisco Márquez, en el control de las migraciones el
primer paso debe ser “el cumplimiento de la ley”. En este
sentido, ha incidido en que “las fronteras no pueden ser
permeables” porque de otro modo, supondrían un atractivo
para quienes quisieran cruzarlas de forma irregular.
“El planeta entero se está amurallando”, manifestó el
presidente de la Subcomisión de Extranjería del Consejo
General de la Abogacía Española, Pascual Aguelo, para
incidir en que los seres humanos deben lanzarse “a la
reconquista de un derecho” que les ha sido propio y que
quedó fuera de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
aunque hasta su promulgación “había sido aplicado como tal y
respetado”.
Freno a los movimientos migratorios
En su opinión, la política de puertas cerradas de los
Estados “no sólo no ha frenado los movimientos migratorios
sino que además, ha provocado los flujos irregulares”.
Mientras, la política de puertas abiertas como la que se
practica en el espacio común europeo no ha generado “las
invasiones que Francia o Alemania temían” cuando se
incorporó España o que todos esperaban con la anexión de
Polonia. En la actualidad, según ha dicho, sólo se produce
entre un 2 y un 2,5% de movilidad interna.
El letrado ha puesto mucho énfasis en que este proceso de
“amurallar” las fronteras se lleva a cabo “bajo una excusa
de seguridad que luego no se alcanza”, como a su juicio
prueban los atentados del 11 de septiembre en Nueva York o
del 11 de marzo de 2004 de Madrid. Además, tampoco son
eficaces para controlar las migraciones “porque lo que hacen
es desviar el flujo” y acaban “convirtiéndose en un elemento
agresivo para las personas”.
CIES en Europa
Por su parte, la representante de Migreurop ha denunciado
que junto a esta política de cerrar fronteras, la UE ha
puesto en marcha todo un proceso de externalización del
control migratorio dejando a países que no respetan los
derechos humanos bloquear a miles de personas. En este
contexto, ha denunciado la existencia de 350 centros de
internamiento de extranjeros con estos fines, 150 de los
cuales han sido promovidos o financiados por Europa en
terceros países.
“Estos centros están en los países de mayor tránsito de
inmigrantes, los que hacen frontera Sur, como Libia,
Argelia, Marruecos, Ucrania o Turquía.
En este sentido, ha explicado que los migrantes son
encerrados con total discreccionalidad y por periodos de
tiempo ilimitados. “En Libia hay personas que son encerradas
durante años y dentro de los centros hay verdaderas
violaciones de derechos humanos”, dijo
Para la representante de Migreurop, “la voluntad de la UE es
que se gestione la migración lo más lejos posible de los
ojos del europeo y poco importa si los derechos son o no
respetados”. “El hecho de que esos centros se encuentren en
territorios donde la fiscalización es muy difícil y la
visita de las ONG y los periodistas aun más, proporciona
mucha más impunidad”, ha denunciado.
En este contexto se ven atrapados miles de solicitantes de
asilo que proceden de países en conflicto, como Eritrea o
Siria, personas como las 400 que fallecieron en octubre
intentando alcanzar por mar la costa de Lampedusa. Francesca
Vietti, que estaba allí al pie del muelle con el equipo de
Cruz Roja, ha reclamado la apertura de corredores
humanitarios que permitan a las personas que requieren
protección poder llegar a su destino de forma segura, “sin
tener que jugarse la vida en el mar”.
Corredores
Para Migreurope, los corredores son una solución perfecta en
casos de emergencia, pero el futuro debe pasar por la
libertad de circulación, que es en opinión de Prestianni, la
única forma de alcanzar el triple objetivo de evitar que la
gente se juegue la vida intentando llegar a Europa, lograr
la desaparición de mafias de tráfico de personas y conseguir
que los flujos migratorios sean ordenados, porque todos
serán legales.
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