Las dos primeras palabras del
título de esta tribuna, amargo dulzor, pertenecen a mi poema
“Cementerio viejo”, que figura en mi poemario titulado
“Cuando respira el mar”, que dice lo siguiente: La hierba
crece, / crece la hierba en el cementerio viejo. / Miro
voces escritas, / con llantos sobre los nichos. / No caben
tantos recuerdos, / en muñones de palabras. / Son lágrimas
que se rompen, / al entrar en mi memoria. / Amargo dulzor,
nostalgia, / solitario cementerio.
A ellas (amargo dulzor) recurrí, al comenzar a crear esta
tribuna el pasado miércoles 4, tras las imágenes que visioné
en las televisiones, de SM el Rey en el acto de juramento en
La Zarzuela, de los 20 nuevos vocales del Consejo General
del Poder Judicial.
Las mismas fueron patéticas por ciertas circunstancias,
entre ellas, que esos vocales deberían ser ajenos totalmente
a siglas u otras circunstancias afines a los partidos
políticos. Pero, lamentablemente, para la tan ansiada y
deseada independencia del Poder Judicial español, una vez
más, no fue así; porque las dos formaciones políticas
mayoritarias se han repartido designando sus vocalías,
dejando unas pocas para el resto de los partidos: 10 el PP,
7 el PSOE y 3 el resto de las formaciones (IU y CIU).
Siendo ese pucherazo, otro más de lo mismo, de la política
interesada y partidista de la España oficial de las dos
formaciones mayoritarias…, que someten a la otra España del
proletariado, con el imperio del ordeno y mando de sus
leyes, decretos y otras disposiciones con los que minan los
pilares y esencias de la democracia, regulada por la
Constitución que el 6 de diciembre ha cumplido XXXV años de
vigencia, sin haber sido reformada acorde a las
circunstancias necesarias en el transcurrir del tiempo,
encontrándose algunos de sus apartados obsoletos.
Con el agravante, de no haberse cumplido en treinta y cinco
años en vigor, parte de lo plasmado desde el primer artículo
del Título Prelimar que dice: “España se constituye en un
estado social y democrático de Derecho, que propugna como
valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad,
la justicia e igualdad…”.
La libertad, entre ellas, la de expresión, a veces, brilla
por su ausencia; porque los aparatos represores,
propagandísticos panfletarios, radiofónicos o televisivos…
de la derecha e izquierda política española hacen de las
suyas, y hasta a los libres pensadores como yo y a los no
afines a ellos, los marginan y censuran… al llevar a cabo el
“estás conmigo o contra mí”.
La censura a la libertad de expresión, lo ha podido
perpetrar presuntamente las cúpulas y determinados
periodistas de la recién clausurada televisión pública
valenciana. Personajes que en varias décadas no defendieron
ni lucharon como debieran por la defensa del derecho a
informar…, no dándoles cancha a determinadas personas ajenas
al régimen fascista valenciano del PP.
Así que, ahora, que le han cerrado el chiringuito “ajo y
agua” y que reclamen al maestro armero, dándoles lecciones
de periodismo a los bandoleros de la política. Debiendo
felicitar, sin embargo, a los medios de comunicación, que me
permiten expresarme libremente.
En cuanto, a la justicia citada en el primer artículo
constitucional. ¿Cuál es esa justicia?, ¿la que es igual
para todos como anunciara hace unas navidades SM el Rey? O
la que presuntamente le están aplicando a la hija y al yerno
de él, y a políticos como puede ser el presunto déspota e
impresentable caudillo Carlos Fabra y, a otros de la misma
condición de estos reinos de taifas políticos y borbónicos.
Con el agravante, de que el régimen del actual Gobierno
estatal del PP, ha condicionado el acceso a la justicia para
poder pleitear a los carentes de medios, al incrementar
desorbitadamente el coste de las tasas judiciales.
En cuanto, a la igualdad, ¿qué igualdad?, porque mientras
muchos de ellos se lo han llevado presuntamente a manos
llenas, en bolsas de basuras o en valijas… mientras millones
de españoles no tienen ni lo básico para poder subsistir,
teniendo que acudir a los comedores sociales, a bancos de
alimentos y a la caridad humana.
Por lo que, el último barómetro del Centro de
Investigaciones Sociológicas indicó que, lo que más le
preocupa a los españoles es el paro, la corrupción y la
crisis económica. Siendo España, según el informe emitido en
estos días por Transparencia Internacional, el país que más
aumentó la percepción de la corrupción en el 2013. Estando
presuntamente implicados en casos de corruptelas hasta
miembros de la Casa Real, de gobiernos y de partidos
políticos, de centrales sindicales, de entes oficiales como
sindicatos y partidos, empresarios etc., etc., mientras
crece la hierba en los cementerios, al agonizar el pueblo de
hambruna. Siendo un amargo dulzor el que tengo, en este XXXV
Aniversario de la Carta Magna o Constitución.
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