La Consejería de Sanidad y Consumo, por medio del Plan
Integral de Tabaquismo, en colaboración con la Unidad de
Trabajo Social de Benzú, de la Consejería de Asuntos
Sociales, y la Biblioteca Pública, de la Consejería de
Educación, Cultura y Mujer, ha celebrado una jornada de
convivencia con niños y padres de ese barrio en torno a los
perjuicios del tabaco y dentro del taller Fumar perjudica
nuestra salud.
Con esa jornada se ha puesto punto y seguido a las acciones
realizadas para promover hábitos de vida saludables y
sensibilizar sobre los daños que provoca fumar o estar
expuesto al humo del tabaco y, por otro lado, se ha puesto
punto y final al taller en sí.
A este respecto hay que destacar que los niños que han
participado han recibido su correspondiente diploma en un
acto al que asistieron también sus padres, con quienes
pequeños y técnicos de Sanidad y de Servicios Sociales han
podido compartir la experiencia y lo aprendido. Los
profesionales han insistido en la importancia que tiene para
la salud de los niños que vivan y se desarrollen en hogares
libres de humo y que los adultos sean un ejemplo para ellos.
Finalmente hay que resaltar que desde las áreas implicadas
se ha valorado esta acción que se ha venido desarrollando
durante los últimos días y que acerca los recursos de la
Ciudad a los barrios, en este caso a Benzú, gracias a la
coordinación entre los diferentes servicios.
Hay que recordar que la Consejería de Sanidad y Consumo,
mediante el Plan Integral de Tabaquismo y en colaboración
con la Consejería de Asuntos Sociales, ha celebrado este
taller ‘Fumar perjudica nuestra salud’ en la Unidad de
Trabajo Social de Benzú, una actividad de concienciación
sobre los efectos del consumo de tabaco y de la exposición
al humo dirigida a niños de entre 6 y 9 años.
El taller se enmarca en el programa de actividades de esa
Unidad, en concreto, en su proyecto de animación a la
lectura comprensiva en edades tempranas, y extiende la labor
preventiva de Sanidad a los más pequeños de Benzú después de
haber intervenido en ese mismo sentido con adultos del mismo
barrio, con quienes se ha trabajado el papel primordial de
la familia en la enseñanza de modelos saludables a los
hijos.
Desde el Plan Integral de Tabaquismo explican que hay que
trabajar la prevención e intentar fomentar una actitud
contraria al consumo de tabaco a edades tempranas y, en esa
línea, abundan en que la etapa que comprende desde los nueve
años hasta la adolescencia es crucial porque los niños
comienzan a desarrollar su actitud con respecto al tabaco.
La complejidad sobre cómo abordar el tabaquismo a esas
edades radica en que los menores lo conocen y lo viven en su
cotidianidad. Lo que se persigue es, precisamente, que no lo
vean como algo normal. Esa sensibilización se procura
mediante contenidos sencillos y técnicas de participación
que mantengan a los pequeños atentos.
El taller ha tenido tres partes. La primera consiste en leer
el cuento Dora y Donald dos amigos muy amigos, que luego se
escenifica para ayudar a fijar las ideas sobre las que se
quiere trabajar. En segundo lugar, se desarrolla el taller
de manualidades El cerdito que todo lo ve, el cerdito que
todo lo cuenta, con el que se crea un personaje llamado a
ser un símbolo indicativo para los niños cuando se vean
sometidos, en una situación de indefensión, a respirar humo
de tabaco. La tercera parte consiste en recapitular
contenidos jugando a La buena sopa, una sopa de letras con
la que se resaltarán los conceptos más significativos que se
quiere que los niños lleven a sus casas, a las que llegarán,
en el marco del mismo taller, folletos y otros materiales de
apoyo.
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