La construcción de una escalera, distante a cincuenta metros
de la que fue derribada y que se encontraba junto a la
frontera del Tarajal, es la solución que han encontrado la
Ciudad como la Delegación del Gobierno para el problema que
se venido viviendo en la zona y que provocó varios
incidentes con los padres de los escolares del centro
Príncipe Felipe y dos accidentes.
Según informó ayer la consejera de Fomento, Susana Román, en
la reunión mantenida se bajaron varios criterios, atendiendo
a las opiniones ofrecidas por los técnicos autonómicos.
En el encuentro, además de Román, estuvieron presentes la
consejera de Presidencia, Yolanda Bel, el consejero de Medio
Ambiente, Gregorio García Castañeda, aparte de los técnicos
mencionados.
Se barajaron varias posibilidades, sobre todo la que se
venía usando ahora y que estaba justo al lado de la
derribada, quedando desechada, máxime cuando en la misma
sufrió un accidente una joven vecina de la barriada.
Como ya dijera Bel en el pleno, la solución vendría de la
mano de los técnicos y se trabajaría hasta alcanzar una que
tuviera las suficientes garantías. Ayer, los técnicos se
desplazaron hasta la zona, para conocer “in situ” la
idoneidad de un lugar para la nueva construcción, que se
iniciará de inmediato, siempre y cuando la Demarcación de
Carreteras dé el visto bueno.
En este sentido, ayer se enviaron toda la planimetría a
Sevilla y se espera que la próxima semana se pueda desplazar
hasta la Ciudad, comprueben la situación sobre el terreno y
terminen dado la autorización necesaria para articular el
paso que solucionaría los problemas.
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