Aquí se intenta tapar todo lo que,
a lo largo de los últimos meses, se había “descosido” y
Rubalcaba que actúa a la altura que hubiera actuado hoy
mismo Maquiavelo, cuando se ha dado cuenta de que el centro,
Madrid y sus alrededores, lo tiene cada vez más complicado,
recurre ahora a los catalanes. Sí, a esos que rompieron la
disciplina de voto, en el Congreso de los Diputados.
Es cierto que Rubalcaba conoce mejor que nadie todos los
entresijos de las relaciones del PSC y el PSOE. Es cierto
que el PSOE si pierde el apoyo del PSC se quedaría en un
simple “esqueleto” que tardaría décadas en tener opciones de
gobernar en todo el país. Y, también, es cierto que en
momentos de crisis, el PSOE está en eso, las alianzas valen
aunque sea con el mismísimo diablo.
Pero la frase de Pérez Rubalcaba es tan ambigua como
insincera:”Os queremos como sois”.
A lo largo de las próximas semanas, ya veremos cual es la
respuesta desde otros círculos que no sean el catalán, por
ejemplo.
El “circo” que montaron Pere Navarro y el propio Alfredo
Pérez Rubalcaba, dudo mucho que hiciera reír y ni siquiera
sonreír a nadie de los que siempre estuvieron en las filas
socialistas, eso desde luego. Y es que eso implica el
intento de acercar unas posturas que están más alejadas de
lo que, desde las filas cercanas a Rubalcaba se comenta.
No hay buena sintonía entre PSC y PSOE, y no hay tal
sintonía porque desde esa famosa votación, el PSC ha dejado
claro hacia donde se pueden decantar si ellos no pesan lo
que deben pesar en el PSOE.
De todas formas, y en Cataluña, en un acto ante 3000
simpatizantes, en la Vall d´Hebron de Barcelona había que
montar la “comedia” para no salir abucheado, de aquí
también, y ejercicios de ese tipo Pérez Rubalcaba los sabe
resolver mejor que nadie.
Pere Navarro y Pérez Rubalcaba escenificaron las buenas
relaciones que, realmente, no existen, pero que necesitan
unos y otros que existieran, o por lo menos querrían que los
demás pensaran que existen.
Y como estamos en vísperas del aniversario de la
Constitución, ahora todos se consideran los verdaderos
padres de la Carta Magna, y desde el PSOE aquí, o desde el
PP en otras circunstancias, se olvidan de que el alma, en
aquellos instantes, con errores y aciertos, fue Adolfo
Suárez, que nunca perteneció al PSOE, ni al PP (o Alianza
Popular de entonces).
35 años después de aquel 6 de diciembre de 1978, que nadie
considere suyo lo que fue de todos los que, en momentos aún
difíciles, hicieron lo que pudieron para que la Constitución
saliera adelante.
Y si el PSC no vuelve la espalda al “abrazo” de Rubalcaba es
porque, ellos solos, allá, en “ese país pequeñito” ( que
diría Guardiola) iban a quedar arrinconados y sin un terreno
donde poder asentarse de verdad, ahora que CiU por un lado,
ERC, por otro y la sombra alargada de Ciudadanos les
cortarían todos los caminos para seguir siendo alguien.
La escena, para algunos puede haber sido insincera y poco
atractiva, yo creo que incluso para el propio PSOE que tiene
unas miras muy distintas de las que hoy tiene el PSC, y eso
lo sabe, mejor que nadie, Rubalcaba.
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